La demora del PAN-Sonora para definir quien abanderará la Alianza Por Sonora en Hermosillo, derivó en un gran merequetengue donde sobresalen condicionantes para obligar a que la decisión apunte a una dirección y se arrebate a ese partido la prerrogativa que le fue reconocida en el convenio de Coalición con los del PRI y los del PRD

La demora del PAN-Sonora para definir quien abanderará la Alianza Por Sonora en Hermosillo, derivó en un gran merequetengue donde sobresalen condicionantes para obligar a que la decisión apunte a una dirección y se arrebate a ese partido la prerrogativa que le fue reconocida en el convenio de Coalición con los del PRI y los del PRD.
Se ha llegado al extremo de condicionar el voto en favor de Ernesto Gándara Camou si la instancia decisoria del blanquiazul decide por tal o cual personaje, en el marco de un monumental contrasentido a partir de la necesidad y prioridad de cerrarle el paso a la corrupción e incompetencia que representa el abanderado de Moreno, Alfonso Durazo Montaño.
Si bien el único registrado para ir por la alcaldía capitalina fue Antonio Astiazarán Gutiérrez, se insiste en prolongar las ascuas alegando que es hasta principios de abril cuando se de formalidad a su registro ante el Instituto Estatal Electoral de Sonora, cuando como se sabe, tal trámite obedece a decisiones internas de las instancias partidistas y si el proceso se mantiene como va, el registrado será el Toño.
Lo demás es quemar pólvora en infiernitos, porque por desconocidas razones, el principal contendiente en dicha “interna”, Norberto Barraza Almazán, declinó a ser parte de ese procedimiento y por ello quedará fuera de lo que se considere en la reunión donde 38 notables del blanquiazul definirán lo conducente, que no es otra cosa que hacerlo en favor del único que llegó a esa instancia.

Lo demás son accesorios reduccionistas a partir de argumentaciones que prospectan mitologías sobre las tendencias electorales en Hermosillo y la presunta fuerza morenista que dicen representa la aspirante a la reelección, Célida López Cárdenas, con el obvio propósito de hacer cambiar una decisión aparentemente irreversible.
Vamos a reconocer que desde nuestro punto de vista, el mejor perfil que debió postularse es el de Ernesto de Lucas Hopkins, dada su competitividad mostrada en la elección del 2018 y su antecedente de haber ganado un distrito electoral por mucho tiempo bastión panista, y quien de pronto se retrajo de esta puja quizás motivado por algún acuerdo allá en las alturas.
Se asegura que Barraza Almazán es un producto híbrido de la política regional y que a pesar de sus buenos números en las encuestas y su reconocido paso como servidor público, obviamente no atendió las tradiciones partidistas que señalan que las candidaturas son de quienes las trabajan y él no trabajó la suya en donde debió hacerlo y se conformó con acuerparse solo con la fraseología de lo chingón que es como funcionario municipal, sin recurrir al esencial cabildeo en instancias decisorias y sin mantenerse vigente ni siquiera en redes sociales.
Contrario a dicho pasmo, Astiazarán Gutiérrez intensificó sus recorridos citadinos y en comunidades rurales, reuniones vecinales e interacción con mandos, locales, regionales y nacionales del PAN, en el marco de un activismo básico para conseguir candidaturas.

Por supuesto que el exalcalde de Guaymas arrastra enconos entre sus excompañeros de partido, dada su reciente defección del PRI y los ríspidos términos de su salida de ese partido, lo cual para quienes dicen que saben de esto, no concita la unidad en torno a su candidatura, aunque se trate de segmentos priistas allegados a su nomenclatura y no necesariamente bases ciudadanas.
Uno de los principales argumentos en contra de la decisión que se asegura tomará la comisión permanente del CDE del PAN esta tarde noche, es que el Toño es producto de la gestión de Guillermo Padrés para que la aún alcaldesa de Hermosillo la tenga fácil en la elección constitucional, elucubración sumamente retorcida que no le hallamos pies ni cabeza, sin dejar de reconocer que en efecto, la campaña morenista por la gubernatura está plagada de esas porquerías.
Como sea, si “El Borrego” fue capaz de conjuntar al PRI, al PAN y al PRD en torno a su candidatura, creemos que le sobran habilidades para resolver entuertos mucho menores como ese y ni dudarlo, sabrá cómo superar las divergencias que deriven de esa postulación en el municipio capitalino y dejar atrás esas voces condicionantes, reduccionistas que niegan posibilidades de un buen futuro para Sonora, en función de no ver satisfechas sus simpatías en temas menores.
Dicen que en todo caso, si el PAN vaya con el Toño, el PRI y el PRD lo harían con Barraza, digresión que esa sí representaría un mensaje sumamente confuso para la ciudadanía que vota y que hasta ahora mantiene tendencia creciente en favor de Gándara Camou y que de darse tal fractura, entonces sí se convertirían en promotores de la fragmentación del sufragio en Hermosillo.

Tal prospectiva no es cualquier cosa, toda vez que al menos en Hermosillo es notable el bragado activismo panista en favor de “El Borrego”, incluso con presencia mayor que el de los priistas, gravitando además que en las definiciones de candidaturas a alcaldías en distintos municipios que se les asignó en el convenio de coalición, los del PAN han sido respetuosos y han hecho suyas sin condicionantes las postulaciones decididas en Cajeme, Nogales, Navojoa, Guaymas y demás.
Ya veremos cómo se desenrolla este asunto, pero por lo pronto hay quienes aseguran que la moneda aún no ha caído; que la permanente panista pospondrá la decisión; que Ernesto Munro está fuera de la jugada luego que su hijo el Kiko se definió contra la postulación del Toño y así, en un altero de versiones y elucubraciones que resultan inéditas porque inédita es la Alianza Va Por Sonora.
Otra cosa es que al amparo de esa divergencia, se pretenda socavar la alentadora propuesta de Gándara Camou al condicionar su apoyo a que el postulado sea Barraza Almazán, quien estamos seguros es ajeno al sofisma respecto a que si no es él el candidato a la alcaldía, se perderá la gubernatura y estamos seguros de lo anterior, porque Barraza es un hombre de bien, bien intencionado y sobre todo decente e inteligente.
Por lo demás, mientras las tendencias en México y particularmente en Sonora se avanza en el empoderamiento de la mujer y se endurece el marco jurídico para que se les garantice una vida libre de violencia, el capitán de Fragata de Infantería de Marina y paracaidista, Cándido Tarango Velázquez, secretario de seguridad pública del ayuntamiento de Cajeme, agredió a una jovencita por atreverse a filmarlo mientras reconvenía aun grupo de personas en el dique 10 aledaño a Ciudad Obregón.

Vimos el video donde da un manotazo a la muchacha a quien le arrebata el artefacto de comunicación y también vimos su disculpa pública luego de ser exhibido en redes sociales y la verdad es que sólo muestra la pobreza intelectual del susodicho y el porqué están como están las cosas en ese municipio, considerado como el más violento de México y lugares circunvecinos.
La verdad es que si esa agresividad y enjundia mostrada contra esa mujer la dirigiera contra la delincuencia, otra canción se cantara en ese municipio, porque como se sabe, ha resultado una nulidad en el desempeño de su encargo.
El milite es conocido por sus frecuentes desafortunadas declaraciones a los medios de comunicación y sus repetitivos deslindes de responsabilidad por la grave crisis de inseguridad que padece el pueblo de Cajeme, culpando a la ciudadanía de lo que ocurre y agudizada sin duda alguna por la incompetencia y berrinches del alcalde Sergio Pablo Mariscal que mantiene dicha área de tumbo en tumbo.
Cierto que en lugares de reunión finsemanera como el Dique 10 y muchos más por todos los rumbos del Estado, se presentan desórdenes y faltas al buen gobierno, pero otra cosa es ponerse al mismo nivel o más debajo de éste, por parte de representantes de la autoridad, que en todo caso podría esperarse de un cachuchudo o genízaro de la tropa, pero que lo haga el meramente de seguridad ya es el colmo.

Así las cosas, las altas credenciales en la milicia del capitán Tarango lucen como utilería de teatro, al igual que lucen ese otrora bragado sector feminista con sello de MORENA que con Wendy Briceño a la cabeza, callan como momias todo porque se trata de una administración de dicho partido y que Tarango sea recomendado de Durazo Montaño, destacando en todo caso, que la única que alzó la voz contra dicha agresión fue Anabel Acosta, apuesta de la Alianza Va Por Sonora para rescatar a ese municipio de esa bola de incompetentes y corruptos.
Y este martes 23 de marzo a eso de las cinco con 12 minutos de la tarde, hora de Hermosillo, se cumplen 27 años del vil acto que además de matar a Luis Donaldo Colosio Murrieta, puso fin a las esperanzas de una generación de mexicanos de darle un nuevo rumbo a este país.

Por supuesto que la fecha será motivo de toda una diversidad de eventos para recordar al nativo de Magdalena, cuyo cuerpo será cubierto de lisonjas hasta por quienes ahora con sus actos y propuestas políticas reniegan de su legado, así como lo hace quien fuera su secretario particular el ya mentado Durazo Montaño, el viudo de Colosio que más ha lucrado con esa desgracia.
Nosotros no concretamos a recordar a quien acompañamos en su campaña para ser diputado federal, y luego al Senado de la República; quien nos invitó cuando asumió la dirigencia nacional del PRI y luego a su postulación como candidato presidencial; a quien le cubrimos muchos eventos y conferencias de prensa y que fue masacrado de la forma más vil y cobarde.