No podía ser de otra forma. La torpe, desdeñosa y criminal irresponsabilidad en la gestión del gobierno de la 4T para contener la expansión del Covid-19, se extrapoló irremediablemente a la campaña de vacunación, que tienen a nuestro país en los últimos lugares en los resultados de ese esfuerzo

No podía ser de otra forma. La torpe, desdeñosa y criminal irresponsabilidad en la gestión del gobierno de la 4T para contener la expansión del Covid-19, se extrapoló irremediablemente a la campaña de vacunación, que tienen a nuestro país en los últimos lugares en los resultados de ese esfuerzo.
A más de un mes de la primera vacuna, solo se han aplicado 766 mil 350 y poco más de 47 mil de segundas dosis, destacando que de ese total, con 93 mil 23 se ha inmunizado a personal no sanitario, en un contexto disperso y sin garantías de que podrá mantenerse en las próximas semanas, toda vez la falta de los biológicos en el mercado farmacéutico.
De esa forma, aquella luz al final del túnel tiende a difuminarse para convertirse en un sueño frente al encarnizado embate del virus que ya ha matado casi a 160 mil personas y contagiado a más de un millón 860 mil, mientras que el presidente Andrés Manuel López Obrador y sus “científicos” insisten en hacer castillos en el aire y a los mexicanos confiando en una quimera.
Todo indica que por lo pronto el gozo se fue al pozo cuando se alardea de la aplicación de tres mi dosis en las últimas 24 horas, cuando quisiéramos tener esperanzas de que mientras se restablece el abasto y se concretan decisiones de organismos de salud sobre la dotación de los biológicos a través del sistema COVAX, desde el gobierno federal se emprendieran esfuerzos para reconstruir la cadena de suministro y no dejar ese proceso a la improvisación.

Es que en los últimos dos años la 4T dejó en el abandono una estrategia que desde los años 80 fue ejemplo mundial y que permitió la cobertura en inmunizaciones contra el sarampión, poliomielitis, tuberculosis, influenza y otras enfermedades transmisibles, a través de una eficiente red de trabajadores de la salud que cubrían los lugares más recónditos del país y que en el último mes ha sido suplido por los llamados servidores de la nación cuya experiencia se concentra en el activismo electoral.
Además, la pandemia encontró a México en la indefensión científica, ya que como es de sobra conocido, la promoción de la ciencia y la tecnología no es precisamente el fuerte del troglodismo morenista y por ello se eliminaron presupuestos, desaparecieron fideicomisos y se desplazó a expertos cuyas evidencias sobre la pandemia fueron desdeñadas.
Pero gracias a la ciencia y la tecnología desarrollada en otros países, bien pudiera venir al rescate ante la catástrofe epidemiológica en proceso, sin que incluso un número suficiente de vacunas ofrezca garantía de protección, toda vez la impericia que marca el arranque de la inmunización y el confuso trámite de adquisiciones que para colmo, tal información fue reservada, aunque según expertos, se reservó porque no existe tal trámite.
Así como ocurrió en el caso del desarrollo de la pandemia, en el caso de la vacunación también han fallado los pronósticos oficiales y como ejemplo está que se anunció que para el 31 de enero todo el personal de salud estaría vacunado y lo real es que son solo menos de 50 mil de todos los vacunados los que han recibido la segunda dosis, sin descartar que la mayoría de esos refuerzos se hayan aplicado a las camisas pardas de la servidumbre de MORENA.

Quedó en nada que las farmacéuticas dotarían de al menos dos millones de vacunas antes del 31 de enero y no se ve cómo puedan vacunarse a alrededor de 15 millones de mexicanos para fines de marzo próximo, no con la actual ineficiente cadena logística de aplicación y la sospechosa opacidad en los procesos de adquisiciones. “Vamos a tener para febrero alrededor de 6 millones de dosis de vacunas, y en marzo vamos a contar con el doble”, alardeó el siempre falsario presidente de México.
Queda una tenue luz de esperanza con el mecanismo COVAX, luego que la Organización Panamericana de la Salud anunciara que a partir de mediados de este mes y hasta fines de junio, dotará de 35.3 millones de dosis de AstraZeneca a Latinoamérica y el Caribe, así como unas 300 mil de la de Pfizer a 36 países latinoamericanos, entre ellos México.
Según esto, bajo ese mecanismo de dotación, nuestro país tendrá suficientes vacunas para cubrir al menos el 20 por ciento de la población, y algo es algo luego de que no luce que vaya a tener un buen final la anunciada vacuna rusa, cuya efectividad es duramente cuestionada.
Así las cosas, lo mejor que debemos hacer los comunes mortales, es seguir en confinamiento y reforzar los protocolos sanitarios de protección que hasta el momento nos han mantenido sanos; aprender de la experiencia ajena y quedarnos en casa; acatar con todas sus letras los cotidianos, vehementes y dramáticos llamados del titular de salud, Enrique Clausen, porque eso de la vacuna va para largo.

Y el problema es mayúsculo dada la contradictoria información oficial respecto a lo que debe hacerse en esta crisis sanitaria, ya que mientras por un lado el sector salud estatal refuerza acciones de protección, otras instancias de gobierno ceden a la presión de actores económicos, como esa decisión de ampliar de nuevo hasta las 10 de la noche la operación de establecimientos comerciales y centros masivos de reunión.
Si limitar la operación de antros y demás hasta las ocho de la noche y a pesar de su cumplimiento a medias derivó en la reducción de contagios y muertes como aseguran que ocurrió, incomprensible el que se decida ampliarlos en aras de una reactivación económica que seguramente volverá a ser golpeada en un par de semanas más o antes.
Pues ese contradictorio acuerdo fue tomado por el Órgano Colegiado Intersecretarial de Seguimiento, Evaluación y Supervisión de las Medidas de Protección a la Salud y Reactivación Económica del Gobierno del Estado, el Ayuntamiento y las organizaciones participantes en la Alianza para un Hermosillo en Verde, avalado por el titular de Economía Jorge Vidal Ahumada.
Desde la perspectiva de profesionales en esta materia, la tendencia a la baja de la expansión de la pandemia es la mejor señal de que se va en el camino correcto y que en lugar de dar marcha atrás ampliando horarios, en todo caso se deberían de reforzar las medidas, si bien no reduciendo más los horarios de operación, sí la vigilancia para obligar al cumplimiento de los protocolos sanitarios.

Por lo demás, este martes a eso de las diez de la mañana se levanta el telón en el Congreso del Estado de Sonora, al iniciar el segundo período ordinario de sesiones del último año del ejercicio legal de la LXII Legislatura y a la vez convertirse en el escenario de los últimos estertores de quienes seguramente en unas pocas semanas andarán ocupados en asuntos electorales por sus obsesiones de seguir prendidos a la ubre dando un salto a otra posición o pretender ir por la reelección.
Se trata de una sesión en la que se da trámite a protocolos de la apertura, elección de la mesa directiva y los tradicionales posicionamientos de los grupos parlamentarios respecto a sus agendas legislativos, que en la mayoría de los casos es palabrería, demagogia, decálogos de buenas intenciones que al paso de los días van a dar al cesto de la basura.
Es cuestión de revisar los esporádicos ejercicios aludidos a lo largo de esta legislatura para sacar la conclusión de que en la mayoría de los casos ese largo espacio de tiempo en el orden del día es un soberano desperdicio, que por repetitivo e inocuo, no sirve ni para aprovechamiento mediático.
Lo único más o menos significativo para efectos informativos, es quien ocupará la presidencia de la mesa directiva durante este mes, sin que en esta ocasión hayamos hecho las consultas correspondientes, pero apostamos a que en la Comisión de Régimen Interno y Concertación Política se replicó el tradicional berrinche de Doña Titina Castro Valenzuela.

Es que por el estado de confrontación perpetua entre MORENA y aliados, por lo regular no consiguen los votos necesarios para elegir a cualquiera de esa bancada y cuando han tenido oportunidad, lo han echado a perder los integrantes de esa encogida bancada, ya que como todas y todos les encanta hacer públicas sus torpezas, se hacen pedazos entre sí y los acuerdos favorecen a otras bancadas y el mandado se lo comen los del PT, PES, PRI, PAN e incluso las chiquilladas.
Y para nada resulta una novedad que comparando los primeros dos años de las administraciones federales anteriores, en la actual se duplicó el número de homicidios dolosos en este mismo período a nivel nacional: Felipe Calderón Hinojosa 36 mil 261 homicidios en sus primeros dos años de gestión; Enrique Peña Nieto 33 mil 632; y Andrés Manuel López Obrador 69 mil 163.
Directamente responsable de ese saldo es sin lugar a dudas el extitular de seguridad federal, Alfonso Durazo, quien como se sabe, a pesar de la tragedia que representa y toda su incompetencia en el servicio público, quiere ser gobernador de Sonora.