Seamos prácticos; gestionemos más agua

HomeAlberto Vizcarra

Seamos prácticos; gestionemos más agua

Es muy fácil que la definición de lo llamado práctico se asocie a la aceptación de realidades de fuerza, que aunque caminen en contra del bienestar social y del futuro de regiones o países, se admiten como fatalidades

La muerte interrumpe sueños, pero no los mata
AMLO de nuevo en el territorio yaqui
El angelicalismo histórico encubre el despojo del agua

Por Alberto Vizcarra Ozuna

Es muy fácil que la definición de lo llamado práctico se asocie a la aceptación de realidades de fuerza, que aunque caminen en contra del bienestar social y del futuro de regiones o países, se admiten como fatalidades. Eso ocurre con los que invitan a “ser prácticos” y a que se acepte el Acueducto Independencia, simplemente por el hecho de que ya está construido, sin importarles los atropellos de los que se hizo uso para imponerlo y de que su operación se mantenga en la ilegalidad. Lo que es peor, desestimando que esa acción, que afecta a la tribu yaqui y a las actividades productivas del sur de Sonora, no se limita al hecho físico de la construcción de la obra, porque la extracción permanente de agua de la Cuenca del Río Yaqui representa un sangrado continuo y creciente para la vida económica del sur de la entidad.

Afortunadamente hay otro concepto de lo práctico, el que se vincula a la solución de los problemas. En ese sentido es encomiable que la gobernadora del Estado, Claudia Pavlovich Arellano, haya señalado la incertidumbre jurídica en que se encuentra el Acueducto Independencia y haya dado los primeros pasos en dirección a la consolidación de una política de gestión de más agua con el proyecto modular de la desaladora Guaymas- Empalme-Hermosillo, cuyo primer módulo entrará en etapa de pruebas a mediados del mes de abril de este año. Señalar la incertidumbre jurídica en que se encuentra el acueducto es una actitud prudente y de respeto a los procesos judiciales que están por resolverse relacionados con los amparos concedidos a los productores rurales del sur del estado y a la tribu yaqui.

Al respecto, los que pretenden gobernar Sonora, deberían de imitar la mesura de la gobernadora y no invadir los ámbitos judiciales con declaraciones imprudentes e irresponsables considerando al Acueducto Independencia como un hecho consumado. Si como candidatos no aguantan la compulsión autoritaria de atropellar al poder judicial, ¿qué no harían como gobernantes? Son muy pocos los que quieren a un nuevo Guillermo Padrés en el gobierno del Estado.

La semana pasada estuvimos en el sitio del Cochorit, sobre el litoral del municipio de Empalme, donde está por concluirse la construcción de la planta desaladora que en su primera etapa ayudará a resolver los problemas de desabasto de este municipio y también del municipio de Guaymas, donde residen doscientos mil habitantes. La desaladora, construida con tecnología de tercera generación de osmosis inversa y con un sistema de recuperación de energía que reduce notablemente los costos de electricidad, tiene la capacidad para producir más de 6 millones de metros cúbicos anuales. Está asentada en un espacio territorial de 20 hectáreas, donde es factible construir el siguiente módulo con capacidad para darle mayor proveeduría de agua dulce a los municipios ya mencionados, fortaleciendo las potencialidades económicas del puerto de Guaymas, con alcance para potenciar la región turística de San Carlos y complementar los requerimiento de consumo doméstico de la ciudad de Hermosillo.

Hacer de este sitio una central modular para proporcionarle agua dulce a tres municipios y a una zona portuaria con salida al Pacífico, le daría curso a una fuerza económica latente que por su amplio impacto y por su previsible tasa de retorno social, hace completamente viables y redituables las inversiones requeridas. Además, el prometedor horizonte de la desalación, es uno de los primeros pasos, quizá el más elocuente, para resolver adecuadamente la limitante que plantea el momento frontera en que estamos consumiendo recursos y materias primas a un ritmo mayor de los que la naturaleza puede fabricarlos. Es un imperativo existencial auxiliar a la biosfera en la reposición de los abastos requeridos y a un ritmo congruente con el aumento de las necesidades humanas y sociales.

Autoconcebirnos como transformadores y contribuyentes al incremento de las potencialidades de la naturaleza, nos liberará de la patética conducta que se escenifica en la disputa por el agua de las cuencas hidrológicas que ya se encuentran en condición deficitaria. Si no aumentamos la cantidad de agua disponible, será imposible resolver la mayor parte de los problemas económicos y de desarrollo que existen en Sonora.

Ser práctico no debería de ser sinónimo de adhesión y mucho menos de rendición a condiciones injustas que dejan sin futuro a Sonora. Ser práctico conlleva la responsabilidad de resolver los problemas que limitan el desarrollo y el bienestar social.