Desde el viernes 12 de febrero para ser exacta encuentro un mensaje en Facebook donde una madre me dice que su esposo le llevó a los dos hijos de 3 y 6 años de su casa, ubicada en Puerto Peñasco
Juana María Olguín

Desde el viernes 12 de febrero para ser exacta encuentro un mensaje en Facebook donde una madre me dice que su esposo le llevó a los dos hijos de 3 y 6 años de su casa, ubicada en Puerto Peñasco, donde vive desde noviembre, junto a su madre y abuela de los menores. Son casos que por naturaleza impactan, no puedes ignorar un hecho de esta naturaleza donde hay la presunción de peligro para las criaturas. ¿Pues qué creen? Estoy en medio de una batalla campal, la familia del “padre” me acusa de “dañarlos en su integridad”. Se creen figuras públicas.
Y las autoridades de la fiscalía estatal de procuración de justicia, anda vete, el DIF que en teoría dice que atiende (Desarrollo Integral de la Familia) ni una preocupación ¿Alguna organización defensora de mujeres para qué? Se defienden ellas solas, cuando una de las suyas es empujada, violentada en sus garantías de partido político, pero salir y preocuparse por una ciudadana de a pie, ignorante. No, claro que no, hasta en las desgracias hay niveles.
Lo curioso de este drama, donde los dos pequeños de 3 y 6 años, me preocupan grandemente, el padre responsable de llevarse a los niños y la madre de éste y abuela de los menores, ambos radicados en la ciudad de México, me encontraron y me han querido atacar con el clásico señalamiento de “no sabes toda la verdad”, “no has perjudicado grandemente en nuestras vidas y honras”. Cómo si mundo estuviera parado de pestañas por lo que hacen o dejan de hacer. Já.
Que cuando llegue el juicio… (no específica si ya existe una denuncia ante una autoridad civil o penal) espera que yo esté presente para que me entere de lo que hay detrás de la acción cobarde de robarse a los pequeños. La abuela paterna me mostró fotos de los infantes sucios, con las uñas largas (como las quisiera tener yo), una lesión en labio o en la encía de uno de ellos, pero no es explícitamente violencia. Son prueba de falta de cuidado sí. Por último, diré que urge que la autoridad se interese por el caso porque obviamente aquí hay lodo, basura, mugre y mucha perversión ¿de qué lado? Que lo investiguen las autoridades que para eso están y para eso cobran.
Andrés Manuel López Obrador tiene rencor contra la ciencia, contra los académicos y otros tantos grupos de poder, como los empresarios, que es imposible imaginar donde acabará este sexenio y quienes sobrevivirán. Lo cierto es que el hombre tiene razón, hay instituciones donde se sienten Dios y son burócratas de alta alcurnia, los que honestamente si no existieran a nadie perjudicaría.
Cuando en mi papel de reportera quise saber sus opiniones sobre asuntos delicados (todos) delincuencia, inseguridad, pueblos hundidos en la actividad de burreros (tráfico de drogas) se negaron tácitamente a hablar del tema, entonces entendí que servían para tres cosas sus investigaciones. Ahora ha trascendido que López Obrador quiere desaparecer sus bases, plazas y trasladarlos a “trabajador de confianza” y se sienten ofendidos.
Lo lamentable es que dentro de los centros de investigación esa figura existe, pero para técnicos y administrativos, una desigualdad laboral frente a los llamados académicos. Ahora que les toca a ellos se quejan. Esa nefasta diferencia laboral que priva de derechos a trabajadores especializados a nadie había perjudicado, para salir a denunciarla.
López Obrador puede hacer lo que le de la gana y sus súbditos le aplaudirán, porque los “científicos” no ayudaron a este pueblo analfabeta a distinguir la verdad de los políticos de la verdad científica ¿por qué? Decidieron lucrar con la parafilia de ser tapetes y complacientes con el poder, ahora de qué se quejan.