Una gota en el océano del crimen y la infamia

Juana María Olguín

Ridícula apreciación: mexicanos dan la cara y envían remesas por el orden de los 19 mil 74 millones de dólares (MDD) en el primer semestre de este año, que es superior en 10.6 % que en 2019. Sí seguro que ha de ser por gusto que los migrantes se quedarán en los huesos, sin bocado que llevarse al estómago, con tal de mandar recursos a sus familias que se hunden en el ocaso de sus vidas, en este momento, con enfermedades curables, pero que son inaccesibles para ellos por el desastre que hay en el sistema de salud.

Mañana quizá hasta les mande agradecimiento Andrés Manuel López Obrador, desde su pulpito mañanero, por sostener al país con sus cientos de dólares per cápita, que hasta se lo cree que lo hacen para apoyar su lindo gobierno y nos auxiliar en lo que sea que alcance a sus familiares hundidos en pobreza.

La crisis económica encima de la sanitaria provocará que abandonen su educación un millón 431,567 alumnos divididos en 800,000 de secundaria en transición a la preparatoria más, 593,000 universitarios y 38,567 de posgrado.  Los avances obtenidos en temas de escolaridad durante los últimos seis años podrían perderse a consecuencia del coronavirus reveló un estudio realizado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Ojalá que no ocurra, que no se vayan los niños y jóvenes, por ellos y sus vidas. 

Pero a propósito de pobrezas será real esa cifra que el individuo recién capturado en Guanajuato, trofeo en las últimas horas. en un día ganaba 30 millones de pesos -que también significó que en los últimos 4 años 10 mil muertos-. El tal “marro” no empezó solo, cómo podría mover 3 millones de litros de gasolina robada. Así que para que esto tenga más sabor a estado de derecho deben detener a sus ayudantes: empresas de los pipas, gasolineros, funcionarios de Pemex, de la Secretaría de Energía y todos los que permitieron el saqueo ¿o ellos seguirán impunes? El tipo apenas si es una gota en el océano del crimen y la infamia

En asuntos locales, no cabe la menor duda que la pandemia está imparable y Hermosillo es el foco de contagio, pero como no si la ciudad es una fiesta, lo mismo en el casco urbano que en la zona rural y con música viva y toda la cosa, no pues que caray, así como. Pero además la amenaza muy buena que hizo el ayuntamiento que no solo sancionaría al dueño de la casa, u organizador de la pachanga, sino a todos los allí presentes ¿Qué pasó? ¿Se les arrisco el asterisco?

Porque nomás no ha ocurrido. Se hubiera hecho de buen ejercito el ayuntamiento para limpiar la ciudad, desmontar la hierba en las escuelas, pintarlas, arreglarlas de todo a todo con los más de 200 invitados que tuvo el líder de un sindicato adscrito a la Confederación de Trabajadores de México (CTM): Se le aplicó una sanción por 500 UMAS (Unidades de Medida y Actualización). La pachanga fue en el kilómetro 13 de la carretera a Ures, en Campestre Manantial.

Personas que en su mayoría no traían cubre bocas y obvio tampoco cumplían con las otras reglas de sanidad ordenadas por las autoridades y la multa por 43 mil 440 pesos no alcanza para un día de terapia intensiva, para cualquiera de los 200 invitados que se haya contagiado y entre en crisis.

Este fin de semana murieron100 personas, se diagnosticaron mil nuevos casos ¿Tienen idea que cifras alcanzará la ciudad en 14 días? Por cierto, y no menos grave, los fiesteros de la CTM tienen IMSS y por alguna malvada razón, arriba del 42 % fallecen en ese organismo. Pero que siga la música y la muerte más toda la devastación que quede a su paso: hijos huérfanos, familias en duelo.