Mientras el miedo, la zozobra carcome a muchos por la forma en que se dan los contagios, particularmente en Hermosillo, casi 200 diarios, hay que seguir con esa condena que se padece desde hace décadas: la inseguridad
Juana María Olguín
Mientras el miedo, la zozobra carcome a muchos por la forma en que se dan los contagios, particularmente en Hermosillo, casi 200 diarios, hay que seguir con esa condena que se padece desde hace décadas: la inseguridad. Hace meses que no acudía a la oficina de este portal, por obvias razones, llego y no prendió la refrigeración, en primera instancia creí que la costosa reparación reciente, no había quedado bien, de los males el menor me dije, pues no, que otra vez trataron de robarse el equipo. Hay una pandilla enquistada al lado, que nadie quiere ver y menos sacar de allí.
Cada intento de robo, o atraco ejecutado, de inmediato volteas a ver a los de la esquina, que tenemos pegados, pero en quienes hay un manto de protección que no termino de entender y lo que siempre pasa, llegas al punto de temer. Sí porque a mediados del año pasado “limpiaron” los techos de refrigeraciones, llegó la policía municipal, ah y los únicos equipos que sobrevivieron fueron los de la casa donde ellos “cuidan”.
Entiendo que los robos de equipos de refrigeración cableado y demás eran de oficinas de gobierno que se encuentran entre las calles Tehuantepec, Doctor Hoffer entre Comonfort y Ocampo, seguro que en el momento les molestó el problema, pero fueron y compraron otras con dinero público. Esos equipos no pertenecían a nadie, no fueron adquiridos con esfuerzo y sacrificio como las nuestras. Así que en esa ocasión hicieron su arguende y ¡Los bandidos siguen donde mismo!
Son muchos los que están allí haciendo nada. Cuando vieron que abrí la puerta y que para colmo estaba convertida en un baño sauna, atendía a una fina y querida persona y uno de los bandidos, empezó a cruzar frente a nosotras iba y venía. Quería saber el bestia si me había dado cuenta que habían robado el equipo, suerte que no supe, porque hay días en que sientes unas ganas de agarrar un palo e ir a darles por el lomo. Siempre me digo si esto ocurre a dos cuadras de palacio de gobierno, no me quiero imaginar que pasa más allá de cuatro cuadras. Y nadie hace nada.
Con la pandemia, me pregunto eso será todo lo que harán en la Cuarta Zona Militar, atender a pacientes, que vayan derivados de otros hospitales. Para eso me gustaban, tanto escándalo para terminar con que el servicio que proporcionarán será de miserables 30 camas, las que de hecho apenas alcanzan para dar servicio a su tropa. En dónde o en quién se gastaron los multimillonarios recursos que les entregó Andrés Manuel López Obrador para que ellos atendieran la crisis sanitaria ¿Es todo el plan DNIII que nos toca?
Miren este panfleto que llegó a mi correo electrónico: “ES LA III GUERRA MUNDIAL CONTRA EL PUEBLO. Después del análisis efectuado durante años y especialmente estos últimos meses, como investigador, periodista y observador internacional de DD.HH., y haber contrastado con muchos compañeros y expertos de diferentes países y disciplinas, he llegado a la conclusión que estamos inmersos en la III Guerra Mundial contra el Pueblo. Una guerra no convencional de quinta generación, psicológica y biológica, para el control totalitario de la población. Una ‘pandemia’ inventada, un estado de alarma que es de ‘excepción’, un confinamiento generalizado, datos trucados, unas ‘mascarillas’ para someternos aún más y un pueblo que si no obedece es reprimido, multado o perseguido…”
Entre esto y aquello, ya pedí cama en el hospital psiquiátrico cruz del Norte, basta es chiste. Bien dice Emilio Lozoya, él no actuaba solo y ahora se ha convertido en el elegido de López Obrador para que le alimente el morbo a los mexicanos que quieren sangre, en el circo romano para creer que se castiga a los traidores de esta madre patria. Que irán contra líderes del Partido Acción Nacional (PAN) y contra el archi enemigo del tabasqueño, Carlos Salinas de Gortari ¡Compre boleto!