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Pese a que requiere de numerosos viajes internacionales y que Nueva York es el epicentro de la pandemia del COVID-19 en la Unión Americana, con más de 400 mil contagios y cerca de 31 mil muertos, la Asociación de Tenis de los Estados Unidos (USTA ) espera la autorización gubernamental, para realizar el US Open a puerta cerrada en Flushing Meadows en agosto, bajo estrictos protocolos de salud.
El abierto estadunidense arrancaría el lunes 31 de agosto para finalizar el 13 de septiembre, para que una semana después inicie el Abierto de Francia en Roland Garros el 20 de septiembre, es decir una semana de descanso entre dos torneos de Grand Slam en el año, ya que Wimbledon fue cancelado por primera ocasión desde que la Segunda Guerra Mundial en 1945 impidió su realización.
No obstante, se desconoce qué jugadores participarían en el certamen neoyorquino, habitualmente tercero de Grand Slam en el calendario tenístico, ya que el número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic y la australiana Ashleigh Barty, así como el campeón defensor del año pasado, el español Rafael Nadal han puesto en duda jugar, debido a los riesgos sanitarios existentes en la urbe de hierro.
Incluso, cabe recordar que las instalaciones de Flushing Meadows se utilizaron como hospital temporal en el punto más álgido de la pandemia por coronavirus en Nueva York por la propagación de la enfermedad.
También la participación de Roger Federer, el suizo ganador de cinco títulos del US Open quedó descartada, tras anunciar que se retira por lo que resta del 2020, luego de someterse a una segunda artroscopia en la rodilla derecha.
No obstante, los contratos de televisión del certamen, que incluyen un acuerdo con la cadena ESPN por 70 millones de dólares anuales por los cuatro torneos grandes, ayudaría a resarcir las pérdidas por taquilla, esquilmos y mercancía para la venta al público, además de auxiliar económicamente en la pérdida de unos 100 empleos en la federación estadunidense.
“Estamos listos para seguir, siempre que recibamos todas las aprobaciones que requerimos», dijo el portavoz de la USTA, Chris Widmaier, mientras que Richard Azzopardi, vocero de la oficina del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, respondió por correo electrónico que «Hemos recibido una propuesta y la estamos analizando».
El protocolo de salud sugerido por la USTA incluye tribunas vacías; un número limitado de asistentes de los jugadores; hoteles asignados; mayor limpieza en las instalaciones del torneo; espacio adicional en los camerinos; toma de temperatura diaria y pruebas de diagnóstico ocasionales, entre otras medidas.