Sin duda que hay una furia, un enojo, un enorme descontento en la sociedad y a las primeras de cambio sueltan el golpe, la palabrota, sin tomar en cuenta que todos están lidiando con sus propios afanes, sus diferentes angustias y todo por la sobrevivencia
Juana María Olguín
Sin duda que hay una furia, un enojo, un enorme descontento en la sociedad y a las primeras de cambio sueltan el golpe, la palabrota, sin tomar en cuenta que todos están lidiando con sus propios afanes, sus diferentes angustias y todo por la sobrevivencia. Esta muy mal la economía, si quieren oír a su pastor decirles que esta muy maravilloso todo, que acá se instaló desde el 1 de diciembre del 2018 el paraíso terrenal, muy bien allá manténgase. Pero lo cierto es que cada vez se pone peor la cosa, por ello hay mucha gente con rabia, dispuesta a irse a las manos. Mal, muy mal.
Hace años que una señora al bajar por la puerta trasera del camión urbano, el chofer cerró la puerta y le atrapó un brazo, cuando se pudo zafar, volvió a la unidad, literal para desfigurarle la cara al trabajador del volante. Así tal cual, le dejó como santo cristo. Además de la paliza que le dio todavía tuvo la osadía de demandarlo. Cuando fue a las oficinas del transporte público en Hermosillo, para entonces se le había bajado el ataque de locura y dijo que quedó pasmada de los daños que le había provocado.
¿Porqué no la demandó el sistema de transporte público, por lesiones y lo que resulte? Habría ahorrado horrores a la familia de esta mujer, a su esposo incluido. Pero no hicieron nada para defender al trabajador que, si bien cometió un error al cerrar la puerta, antes de tiempo, casi queda ciego por los daños que tuvo en ojos y nariz. Así como esta golpiza con demasiada frecuencia son violentados estos empleados con mas o menor saña, ayer uno de ellos quedó desmayado del golpe.
El trabajador fue golpeado en el rostro por un usuario, en la colonia Pimentel. De acuerdo con testigos, el agresor presunto estudiante, subió a la unidad y al pagar el operador le informó que su credencial estaba vencida, por lo cual, no le correspondía tarifa preferencial. Frustrado Jesús Rafael, de 20 años, aporreó al chofer en el rostro, provocándole una lesión en el pómulo izquierdo. Tuvo que ser trasladado al hospital, mientras que el agresor puesto a disposición del Ministerio Público.
Le había amanecido oscuro el panorama a este usuario del transporte público, bueno pues ahora si se le puso negro el escenario. Va a gastar dinero que no tenía siquiera para pagar pasaje completo, ahora invertirá en defenderse de sus malas decisiones.
Dioses del olimpo, Jesús del Huerto que el hospital que construyó Grupo México para los afectados por el derrame de tóxicos de la mina de Cananea, es decir para los habitantes de los siete municipios que fueron afectados, el que jamás se terminó y menos se echó a andar, fue entregado por esa empresa a la Guardia Nacional a petición de Andrés Manuel López Obrador, así lo dio a conocer Héctor Gastón Rodríguez Galindo, Presidente Municipal de Ures.
Rodríguez Galindo, señaló que el hospital nunca fue puesto en operación, por lo que ahora será ocupado por los 130 elementos de la Guardia Nacional en un acuerdo signado por los próximos 20 años.
Es lamentable de principio a fin que ese cuerpo militarizado no se haya creado con los recursos económicos suficientes para que no tuvieran que apoderarse de bienes inmuebles que se tenían pensado para atender emergencias de la sociedad damnificada, que asciende a 381 reconocidos, pero con 22 mil vecinos que se han declarado afectados, todos ellos de los municipios: Arizpe, Banámichi, Huépac, Acónchi, San Felipe, Baviácora y Ures.
A cinco años cumplidos el pasado 6 de agosto del peor desastre ambiental en el país, queda nada de asistencia y lo poco que había se agotó antes de empezar, en nombre de la GN que no se ve por ningún lado.