Qué le pasa a José Manuel Mireles, hoy subdelegado del Instituto de Seguridad Social y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), en Michoacán, una vez más en problemas y ni más ni menos que con su hijo
Juana María Olguín
Qué le pasa a José Manuel Mireles, hoy subdelegado del Instituto de Seguridad Social y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), en Michoacán, una vez más en problemas y ni más ni menos que con su hijo. Trascendió que Alejandro Mireles, demandó ante la Fiscalía General del estado a su padre por presuntas amenazas de muerte y que fue por problemas de “amores”. No hay más detalles sobre el particular, de cómo, cuándo y dónde sucedió el conflicto.
Es una más de las que ha hecho el ex vocero de las autodefensas, en su calidad de funcionario del gobierno federal. Que no sabrá hacer cosas buenas, puros errores. Cierto que Andrés Manuel López Obrador no consideró que faltarle al respeto a las mujeres cuando las llamó: nalguitas y pirujas fuera razón suficiente para darle una pata allá donde la espalda pierde su casto nombre. Pues ahora fue demandado por su propio hijo. Allí se ven.
Mal y de malas en este país en el que, luego de pasada la tormenta del jueves negro, con lo ocurrido en Culiacán, Sinaloa donde los tres poderes de gobierno fueron desaparecidos, Andrés Manuel López Obrador en un pésimo intento de lavar sus culpas a defenestrado a los medios de comunicación. Desde el mismo viernes, horas después del error que sembró el horror en aquella ciudad capital, ha lanzado dardos envenenados a dos empresas periodísticas a las que recrimina por exigirle que sea lo que debe ser ¡Un presidente y no un pastor religioso!
Muy miserable se ve López Obrador quien una y otra vez reclama a todos los que le reprochan haber soltado al hijo hasta entonces desconocido de Joaquín Guzmán Loera, aduciendo que fue para salvar vidas, y exactamente ese es el enojo de los pensantes de este país -y no sus seguidores a ciegas-, quién les dijo que podían ir e ingresar a la boca del lobo con tan solo 25 hombres y que esa operación saldría bien. Es posible que se basaran en la tonta creencia de que el padre preso, su organización estaba diezmada. Una apreciación de esa naturaleza, raya en lo ridículo.
¿En qué país vive la realeza gubernamental actual? En la nación que se han inventado desde hace 10 meses, en la que, a la desgracia ajena ellos “tienen otros números”, “otros datos”, si claro. Ahora en lugar de asumir una actitud seria, responsable, López Obrador acusa a los medios de comunicación de querer la detención a costa de lo que fuera del hijo de Guzmán, algo así como dirigiendo a los miembros de ese cártel para que vayan contra las empresas periodísticas a exigirles cuentas. Vaya inmoralidad, como si les hiciera faltara persuasión ¿Y en un país minado?
Sobre las cuentas de muertos y heridos son minucias con todo y el drama detrás de cada víctima, pero falta contabilizar las enfermedades, todos los males que le caerá encima a esa sociedad después de correr por sus vidas, de tratar de tapar con sus cuerpos a sus hijos. Cómo recompones un estado de terror puro que cimbró a todos los mexicanos. Sin desmerecer que hay 51 reos fugados de la cárcel de Aguaruto entre los que hay asesinos, asaltantes de bancos y secuestradores.
Mientras la alcaldesa de Guaymas exige seguridad para ella, el municipio sigue al garete y este sábado una niña de 10 años que viajaba en un taxi fue víctima de una balacera que la dejó gravemente herida, el chofer del vehículo también fue lesionado, pero es la pequeña la que recibió en su cuerpo el peor castigo por parte de los delincuentes. Nadie ha dicho esta boca es mía, será porque no hay autoridad alguna en el puerto.
Encontraron el cuerpo del hombre de 63 años que el lunes pasado cayó en un socavón y en lugar de asumir responsabilidades por este y tantos agravios por las condiciones que guardan las calles de esta ciudad, la primera autoridad, Célida López lanza cacería en contra de funcionarios culpables por el fatal accidente que dejó a este hombre muerto. Ella es la única responsable.