Vaya lección recibida a través del cine éste fin de semana, por un lado la producción de Michael Moore Fahrenheit 11/9 se centra en desentrañar en cómo Donald Trump, quien el día de las elecciones apenas contaba con un 15 por ciento de aceptación, pudo pasar por encima de Hilary Clinton (con 85 % de tendencia del voto)
Juana María Olguín
Vaya lección recibida a través del cine éste fin de semana, por un lado la producción de Michael Moore Fahrenheit 11/9 se centra en desentrañar en cómo Donald Trump, quien el día de las elecciones apenas contaba con un 15 por ciento de aceptación, pudo pasar por encima de Hilary Clinton (con 85 % de tendencia del voto). Con datos y su habitual sarcasmo exhibe el desastre de sistema electoral de EU y cómo alguien con semejantes características alcanzó la presidencia del reino, donde habitan los policías del mundo y hacedores de la democracia más allá de sus fronteras.
Nadie se libra incluida Hillary Clinton, tampoco Barack Obama, personaje tan bien vendido gracias a sus habilidades de simpático, quien hizo escarnio de los habitantes de una comunidad que padecía de una severa crisis del agua, que el estado les enviaba contaminada y que enfermó y diezmó a sus hijos. El entonces presidente Obama fue allá y pidió agua, le sirvieron el vaso que jamás bebió, solo hizo la estratagema de que era “buena”. Con ello se ganó el odio y desprecio de ese estado.
A través de Fahrenheit 11/9, Moore sostiene que fue así como Obama se convirtió en el principal promotor de Donald Trump. Esta retratada la tragedia de los pueblos que buscan la salvación de sus desgracias a través de personas y con demasiada frecuencia sale peor el remedio que la enfermedad.
Que viene más agua a Sonora con otra tormenta tropical, que se mueve peligrosamente hacia municipios ya muy golpeados por la madre naturaleza. Aquí en Hermosillo, el reino lleno de baches, no ha faltado la solidaridad de vecinos quienes cansados de oír tronar las llantas de vehículos se dieron a la tarea de contratar quien pavimente, y que además lo haga con cemento.
Hartos se declararon por la falta de respuesta de las autoridades, por ello habitantes del cruce de avenida 13 y general Piña, decidieron resolver el problema por sus propias manos y darse a la tarea de pagar para rellenar baches. Gracias, gracias generosos seres humanos. Amigos estos ejemplos se deben replicar en toda la ciudad, en todo Sonora y si no hay dinero para invertir en arreglar lo que el municipio está obligado a hacer, por misericordia, de perdida pongan advertencia que esa calle está hecha una porquería. Hay que salvarnos solos y debemos ayudarnos los unos a los otros.
Entendí bien, cuando informó José Eufemio Carrillo Atondo, titular de la Coordinación de Infraestructura, Desarrollo Urbano y Ecología que éste este lunes reiniciarían labores de bacheo para terminar los trabajos en noviembre. Jesús del huerto, virgen de las rodillas prietas, la ciudad hecha una porquería grande y gigante, arterias cada día más peligrosas, pero en el municipio ¿trabajan semana inglesa?
Si solo trabajan de lunes a viernes y con la destrucción que hay más las próximas tormentas que podrían llegar a Hermosillo, que el gran universo proteja a los ciudadanos, allá por 2020 los que sobrevivan al desastre verán las obras concluidas.
Diego Fernández de Cevallos debe 900 millones de pesos (MDP) de predial, multas y recargos, de acuerdo con el alcalde de Colón, en Querétaro, Alejandro Ochoa Valencia, quien acusó al ex candidato presidencial panista de no cumplir con el pago de esa obligación desde 1993 ¿Alguien lo ha molestado, perturbado por esa desfachatez?
Fernández de Cevallos luego de toda una vida como traficante de influencias, que ha servido como fiel lacayo a los más importantes personajes de la mafia del poder y entre proceso y proceso pues ha adquirido «algunas» «tierritas». Este Panista es un ejemplo de la clase de lacras que joden al País y a los que sus amigos y compadres lo dejan ser, a poco nomás porque sí dejó de pagar.