Cierto que Germán Larrea Mota Velasco y el consorcio minero de su propiedad, Grupo México, concitan muy malas vibras entre los comunes mortales, ya que a pesar de la inmensa riqueza que extrae del subsuelo, no se advierten mayores inversiones para evitar contingencias en contra del medio ambiente

Cierto que Germán Larrea Mota Velasco y el consorcio minero de su propiedad, Grupo México, concitan muy malas vibras entre los comunes mortales, ya que a pesar de la inmensa riqueza que extrae del subsuelo, no se advierten mayores inversiones para evitar contingencias en contra del medio ambiente.
Ser ecologista es lo de hoy, está de moda y por eso abundan recién nacidos en la preservación de la naturaleza que de pronto descubrieron que es redituable, política y electoralmente, publicitar activismos en favor de la ecología y de su cuidado, que va desde hacerse enemigos acérrimos del plástico y sus derivados, hasta amantes y promotores de energías renovables.
La minería es una de las actividades, que si bien es una gran generadora de empleos, es una inagotable fuente de contaminación dados los procesos para sacar de la tierra metales preciosos, que incluye deforestación y excavaciones masivas, así como el uso de químicos para separar la riqueza de la tierra y de la roca.
La fuga de ácido sulfúrico en las instalaciones del Grupo México en el Puerto de Guaymas, volvió a poner en el radar mediático a ese consorcio empresarial, generando no pocos histerismos y abundantes fake news, dado el nefasto referente de hace casi cinco años en contra de comunidades del Río Sonora.

Pero el Grupo México y su Mina de Cananea o de Nacozari no son los únicos focos de riesgos de contaminación y fuentes permanentes de contaminación, ya que así como es alarmante el vertido de tres mil litros de ácido sulfúrico en el área de muelles del Puerto de Guaymas, también lo es el que Minas de Oro Nacionales en Mulatos, Sahuaripa, arroje sus lixiviados a cielo abierto y a arroyos.
Lo ocurrido en Guaymas el martes pasado, sea poco o mucho el ácido sulfúrico derramado al ya de por sí cochambroso estado de esa instalación portuaria, debe ser un severo llamado de atención para que la Semarnat y la Profepa dejen de estar de adornos y sea pretexto para iniciar un estricto programa de revisión de los protocolos de seguridad a los que están obligadas empresas mineras, tanto en lo referente a aminorar el impacto ecológico de su actividad, como a fortalecer la seguridad de sus trabajadores y la de los habitantes de comunidades aledañas.
Y para lograrlo, no se requiere de estridencias ni pretensiones de manipulación de la opinión pública, como eso de publicitar una cahuama muerta, que de acuerdo a los resultados de las primeras indagatorias, murió días antes de la contingencia, al igual que un lobo marino, que lo de peces flotando, es lo más común en esa parte de Guaymas.

Y para enfrentar esos riesgos y lo mejor de todo, evitarlos, tampoco se requieren iniciativas como la dada a conocer este lunes por el diputado Carlos Navarrete Aguirre, quien salió con la puntada de iniciar un procedimiento para que en Sonora se considere como persona non grata a Larrea Mota Velazco, inocuidad y estulticia digna de hilaridad.
El legislador de Encuentro Social ya había hecho la propuesta de que el Gobierno Federal retire la concesión de explotación minera del Grupo México en Sonora, que si bien no es enchílame otras, al menos tiene cierta coherencia, porque lo otro carece de seriedad.
De acuerdo a integrantes de organismos de profesionales sobre la vida silvestre, para ir al fondo de las causas de la contingencia en Guaymas y lo principal, que no se presenten, no hace falta recurrir a noticias falsas, que en todo caso le pegan muy duro a la principal actividad económica de esta parte del año, como lo es el turismo.
Como si hicieran falta exageraciones para describir el drama que viven nuestros hermanos guaymenses ante la impericia e incompetencia que despacha en el ayuntamiento y la escalada de atentados criminales que tienen con el alma en un hilo a la ciudadanía, sin que se evalúe aún el impacto que tendrá ese estado de cosas en este período vacacional.

Reconocemos no tener idea de la magnitud de los daños que pueden causar tres mil litros de ácido sulfúrico en un cuerpo de agua como la Bahía de Guaymas, aunque si sabemos más o menos el impacto ambiental que ese químico causa en arroyos y a superficies aledañas a la Mina Mulatos, por lo cual mejor dejaremos que se agoten los tiempos que fijados por Profepa y la Semarnat para emitir un dictamen técnico sobre ese incidente para efectos de determinar sanciones y acciones de prevención y de remediación.
A todo esto, sabrá quien diablos esté a cargo de la delegación de la Semarnat, que hasta junio pasado teníamos entendido que ahí despachaba Gustavo Clausen Iberri, en tanto que también tenemos entendido que luego de darle gasparín a Santiago Luna, la Profepa está descabezada y sin responsable a la vista, para desde esa perspectiva, carecer de alguna fuente de consulta a ese respecto.
Bueno, a lo mejor de ese tipo de asuntos también sabe el todólogo, multitemático y polivalente super delegado Jorge Taddei Bringas, quien al menos vía redes sociales ya levantó la mano para revelarse como otro ecologista más en estas calles de Dios.

Por lo pronto, esa contingencia porteña ya le costó al Grupo México 16 mil 894 millones de pesos hasta este lunes en valor de mercado, una caída del 4.41 por ciento, ya que antes del derrame su valor andaba por los de 383 mil 333 millones de pesos, pérdidas que dadas las variantes, la magnitud de su operación y tendencias bursátiles, no significan gran cosa dadas las factibilidades de recuperación.
Significarían mucho si Larrea, asustado por las amenazas del Charly Navarrete y dolido porque lo quieren hacer persona non grata en Sonora, decidiera vender su empresa de inmediato.
Mejor el compromiso del presidente Andrés Manuel López Obrador respecto a que la contingencia será investigada y en caso de resultar responsabilidades, se aplicarán sanciones.
Mientras tanto, sin salirnos del tema, excelente noticia dio a conocer el presidente de la Barra Sonorense de Abogados, Héctor Contreras Pérez, ya que por disposición de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el gobierno federal debe restablecer la entrega de recursos correspondientes al Fondo Minero, por lo que el Gobierno federal deberá derivar 400 millones de pesos para que sean aplicados de forma directa por ayuntamientos que interpusieron un recurso de controversia contra las reglas de operación de dicho fondo.

Excelentes noticias para municipios como Caborca, Cucurpe, Cananea, Sahuaripa, La Colorada, entre otros, ya que dispondrán de lana adicional para aplicarla exclusivamente en la ejecución de obras de beneficio comunitario.
Por lo demás, a partir de este miércoles inicia el grueso del período vacacional de la mitad del año para la burocracia de los tres niveles de gobierno, aunque en el caso del Federal desde hace meses están tirados en la hamaca, pero que en lo referente a lo que a nosotros toca, el Estado y el Ayuntamiento, nos deja en la inopia informativa y con abierta provocación para que apliquemos la política espejo.
De hecho ya son varias colegas y colegos que se reportan tirando barra en diversas partes del país, que en lo que respecta a este reportero, recurriremos a la tradicional excusa: no tengo para quedarme, menos tengo para irme, confiando en todo caso que haya material informativo que nos de temas para columna, porque si no, al menos le entraremos a la contemplación pasiva.