Elba Esther Gordillo es la personificación misma de todo lo que en este país se anhela dejar atrás y enterrar, pero el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador provocó que saliera de la “cárcel” y ahora la señora realmente se cree el cuento de que fue absuelta por falta de pruebas cuando es lo que más había. Un punto más que interesante ¿la ven enferma? No le duele nada, -lo feo no es enfermedad-, pero con ese pretexto se le permitió, hospedarse en un hospital que le cobraba 13 mil pesos diarios, que lástima me da mi país, lejos de la procuración de justicia

Juana María Olguín
Elba Esther Gordillo es la personificación misma de todo lo que en este país se anhela dejar atrás y enterrar, pero el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador provocó que saliera de la “cárcel” y ahora la señora realmente se cree el cuento de que fue absuelta por falta de pruebas cuando es lo que más había. Un punto más que interesante ¿la ven enferma? No le duele nada, -lo feo no es enfermedad-, pero con ese pretexto se le permitió, hospedarse en un hospital que le cobraba 13 mil pesos diarios, que lástima me da mi país, lejos de la procuración de justicia.
“Soy inocente y fui víctima de una persecución política del Gobierno mexicano” baladronea la mujer, epítome de la corrupción hecha estilo de vida de la clase política y gubernante y quien ahora viene a recuperar lo que considera le pertenece: el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Pero López Obrador la quería en libertad y ya la tiene en la calle, haciendo lo que sabe hacer: exhibiendo la podredumbre con que, coexisten los presidentes de la República. Ah y los amiguitos y protegidos que les gusta tener.
Quien pidió licencia a la cámara de diputados es el bueno para nada de, Jorge Emilio González dueño del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), socio de López Obrador. Para dejarle el hueso al ex secretario particular de Enrique Peña Nieto. Qué será del país sin la presencia del mal llamado “niño verde”, fin del sarcasmo. Nos seguirá yendo igual, dejó muchos representantes.
Los desafíos de un país con más de 40 mil personas desaparecidas, 9 mujeres asesinadas a diario.
México tiene cifras de muertes violentas propias de un país en guerra, son parte de los conceptos que vertió en su visita la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNU-DH), Michelle Bachelet. Impresionada se fue la ex presidenta de Chile, por la violencia de ésta nación: 252 mil 538 ejecutados desde 2006.
Respetuosamente, pero Bachelet lo hizo saber no le gustó nada la recién creada Guardia Nacional, y advirtió que su oficina no dudará en denunciar cualquier desviación de esa nueva cosa que ahora sí, dice la burocracia federal, resolverá la inseguridad en el país. Sí seguro que sí.
En nuestro solar, a plena luz del día los delincuentes asaltan, matan como ocurrió al chofer de un transporte público, a quien dos “pasajeros” le mostraron pistola y luego le robaron la caja del dinero pero más tarde la noche fue de tinieblas cuando asesinaron a dos, uno de ellos agente de seguridad pública y encargado de narcomenudeo. La forma en que lo acorralaron para acabar con su existencia denota demasiada información en poder de la delincuencia ¿cómo consiguen tanto?
El tema de la inseguridad debe ser el tema toral para el gobierno estatal y que la eficiencia y eficacia para resolver lo de la invasión al rancho de Sergio Torres Serrano sea la misma. Que las cámaras del C5 sirvan para lo que están y para lo que pagó esta sociedad hundida en el miedo. Es ya suficiente de tanta excusa barata para abandonar a su suerte a los ciudadanos que ya no sienten lo duro sino lo tupido y las puertas de las instituciones cerradas a piedra y lodo.
Es tiempo y momento de que en Sonora las autoridades hagan lo que tengan que hacer para justificar su presencia en este devenir histórico antes que empiecen las otras guerras por el poder. Y que algunos o algunas sean exhibidas en el no poder.