Apenas el martes el regidor por San Luis Rio Colorado, Manuel Orlando Santeliz, acusó a los reporteros de ser los culpables del asesinato del periodista Santiago Barroso, en alusión a que los trabajadores de los medios de comunicación no habían abordado la “realidad” que suceden en esa frontera
Juana María Olguín
Apenas el martes el regidor por San Luis Rio Colorado, Manuel Orlando Santeliz, acusó a los reporteros de ser los culpables del asesinato del periodista Santiago Barroso, en alusión a que los trabajadores de los medios de comunicación no habían abordado la “realidad” que suceden en esa frontera. Primero haría muy bien la fiscalía estatal en llamar al susodicho para que declare ante un agente del ministerio público que sabe él y que según su versión ponía en riesgo a la víctima.
Por su escasa capacidad de verbalizar sus ideas, el tipo debe tener claro que en esa frontera ocurren cosas muy malas que ponen en peligro la vida de los trabajadores de medios de comunicación, yo diría que él mismo es en sí un peligro para los reporteros cuando les dispara a mansalva sus acusaciones sin ton ni son. Es una vergüenza la clase de personajes que se treparon a los cuerpos de regidores, diputados y demás por el partido de Andrés Manuel López Obrador, pero es lo que hay.
Por cierto el tal Santeliz Ortiz es un cobarde, lo invité a que viniera a mi programa de televisión para que informara a la sociedad que sabe él y presume que es de conocimiento de los reporteros y no se ha dado por enterado. Entre paréntesis este señor regentea la corrupción hecha costumbre en el país, tiene una organización que afilia a propietarios de carro chuecos. Que alguien le diga que para tener la boca grande hay que tener cola muy chica o no tener cola.
Este viernes fue detenido el presunto homicida del periodista. Muy dramáticos los hechos que derivaron en su muerte, lo que dejara un duelo mayor a su familia, así que en nombre del dolor que ellos ya enfrentan ojalá que los detalles no trasciendan a la luz pública.
Para cerrar bien la semana la senadora de Morena por Coahuila, Eva Eugenia Galaz, en referencia a los reporteros que cubrían una conferencia con otro miembro de la cámara alta Armando Guadiana soltó a los trabajadores de los medios de comunicación: “parecen retrasados mentales». No les gusta a los nuevos dueños del país ser cuestionados en su actuaciones, menos ser descubierto en sus trapacerías.
Es la soberbia maldita que le nubla la razón a la clase política, a quienes no les gusta ser exhibidos en sus mentiras y malas costumbres de aprovechar y beneficiarse antes que conseguir un beneficio para la sociedad. Por ejemplo Guadiana, fue cuestionado por el presunto conflicto de interés en que incurrió al promover en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) la compra de emergencia de 360 mil toneladas de carbón a productores de la región carbonífera de Coahuila y donde se cree que será él a través de sus empresas que venderá el insumo.
En otros asuntos, siento pena que la gente haya entrado en un estado de enojo, de ira que no distingue que hay formas civilizadas, procedimientos para desahogar lo problemas. Hay un video que publicó una madre a través del cual denuncia a un profesor de cuarto año de la primaria, Manuel Ríos y Ríos. Es una gritería lo que se oye de una de las señoras y los niños lloran inconsolables. Que ironías de la vida, los adultos creen que van a defender a sus hijos y lo único que hacen es avergonzarlos en la clase y dejarlos de rehenes en la escuela, si es verdad que el profesor ejerce violencia contra ellos.
Primero ¿dónde está el director del plantel? ¿Por qué no acudieron a esa autoridad? Quiero pedirles que respeten los espacios de autoridad, de quien está a cargo de la escuela, del salón. Si usted va en busca de venganza en vez de solución actúe con violencia y avergüence a su hijo frente a todo sus compañeros, pero si lo que quiere es resolver el presunto abuso del docente, haga la reclamación en privado y más aún, asegúrese que su hijo no sepa que usted lo está defendiendo.
El profesor tiene que ser un aliado del padre cuando el niño desobedece, no avanza en el proceso de enseñanza aprendizaje, pero si en lugar de ello, se va y se le desautoriza frente a su clase.
Los niños lloraban desconsolados y a nadie le importó y menos se tranquilizaron. Qué lástima ese nivel de violencia. Luego todavía tenemos el descaro de preguntar ¿por qué esta así la sociedad?