Al unísono de "Ni uno más", alrededor de 50 periodistas en Hermosillo realizaron un par de protestas en esta capital para exigirle a las autoridades estatales y federales esclarezcan de inmediato el asesinato del comunicador Santiago Barroso Alfaro, quien fue acribillado la semana pasada en su domicilio en San Luis Río Colorado
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Por: Gil Reyes
Al unísono de «Ni uno más», alrededor de 50 periodistas en Hermosillo realizaron un par de protestas en esta capital para exigirle a las autoridades estatales y federales esclarezcan de inmediato el asesinato del comunicador Santiago Barroso Alfaro, quien fue acribillado la semana pasada en su domicilio en San Luis Río Colorado.
Los representantes de diversos medios de comunicación primero acudieron al Palacio de Gobierno donde permanecieron por más de media hora con lonas y cartulinas en las que piden garantías para poder ejercer la profesión sin ningún tipo de represalias o actos en los que se vea afectada su integridad y la de sus familias.
Ahí, el secretario Técnico, Epifanio Salido Pavlovich atendió a los inconformes a quienes les planteó la posibilidad de sostener al menos una reunión para ver todo lo referente a ese tema.
Momentos después, el contingente se trasladó hasta las instalaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) donde el presidente del Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores A.C. Rafael Cano Franco emitió un posicionamiento en el que se pide una pronta intervención de esa instancia para que atraiga el caso y de con el o los responsables de ese lamentable suceso.
Durante unos minutos, los periodistas tomaron el carril izquierdo del lado norte del bulevar García Morales para hacer evidente ante la sociedad el problema que enfrenta al gremio en todo el país, pues hasta la fecha son alrededor de ocho periodistas que han muerto en el año a consecuencia de actos violentos.
El ataque se consumó la noche del viernes 15 de marzo alrededor de las 9:00 de la noche en el hogar del acaecido, quien al momento se abrir la puerta recibió al menos tres disparos en su cuerpo por parte de una o varias personas, quienes hasta el momento no han sido identificadas.