Cambiar de nombre a las instituciones se ha vuelto una triste y frustrante costumbre ¿Creen que con solo eso el ejercicio las institución mejorará? ¡craso error! Pueden llamarlas como les dé la gana, si esa modificación se sostiene sobre el mismo bote lleno de gusanos. Es justamente lo que ocurre con la mal llamada guardia nacional, con otro título pero es lo mismo que ha padecido esta sociedad los últimos 12 años la militarización de sus calles ¿el resultado? A la vista, más violencia, mas muerte

Juana María Olguín
Cambiar de nombre a las instituciones se ha vuelto una triste y frustrante costumbre ¿Creen que con solo eso el ejercicio las institución mejorará? ¡craso error! Pueden llamarlas como les dé la gana, si esa modificación se sostiene sobre el mismo bote lleno de gusanos. Es justamente lo que ocurre con la mal llamada guardia nacional, con otro título pero es lo mismo que ha padecido esta sociedad los últimos 12 años la militarización de sus calles ¿el resultado? A la vista, más violencia, mas muerte.
Inaudito e inadmisible que como candidatos se pronuncien en un sentido, pero llegan al poder y se les olvida lo que prometieron, lo que dijeron. Pues bien y para que lo sepan mañana jueves es el día cero, es justamente el elegido, por sus merititos “destos” que aprobarán la guardia nacional ¿Qué significa qué? Lo mismo que se ha padecido en los últimos doce años, más violencia, más muerte.
Muy temerario resulta escuchar que el 80 por ciento de los habitantes de este país aprueba que se cree la guardia nacional, no pues que caray aquí vamos de nuevo con la táctica marrullera de todos los infames gobiernos: la verdad se vende, la verdad, se compra. La verdad, la primera pérdida en un país hundido en violencia, asesinatos, secuestros, robos ¿y entonces?
Es cierto que la sociedad lo que quiere es algo de paz, de calma en todos lados donde las balaceras son el pan de cada día, donde solo se hace suma de los muertos y los casquillos percutidos. Sí pero de allí a que salgan a vender el cuento de que el 80 por ciento de los mexicanos quiere militarizar el país hay una distancia abismal. Ahora dígame usted a qué horas entrevistaron a tantos. Se pasan de cínicos, bueno debe ser parte de la cuarta trasformación, la que solo trastorna, o transforma en peor.
Buen sainete se armó en el congreso del estado, cuando el diputado del Partido Acción Nacional (PAN) dio cátedra de cinismo al mostrarse ofendido por lo ocurrido en el hospital de Magdalena donde una mujer en trabajo de parto le negaron el servicio, aduciendo que no había camas, por lo que parió a la criatura en un automóvil. Señor legislador fue el saqueó brutal en el gobierno de su correligionario, Guillermo Padrés lo que dejó en la quiebra total al sistema.
Aunque lo otro es que sí sabemos de la brutalidad del saqueo a las arcas públicas que cometió el único gobierno panista, pero si la actual administración no ha podido meter a la cárcel a todos esos delincuentes y peor aún el principal cabecilla ya logró evadir la justicia, no pues ni a quién irle.
La imagen que ahora es conocida de la “creatividad” del personal médico en el hospital de Magdalena de usar un garrafón cortado para crear una “incubadora” es digna de reconocimiento, porque gracias a ello recuperaron a la criatura, la que después de nacer en el auto, quedó expuesta a la temperatura ambiente lo que le provocó insuficiencia respiratoria. Se los dije hace seis meses que de la basura sacaban recipientes para hacer instrumentos para atender al paciente, en el Hospital General del Estado (HGE) Eso es culpa de los directivos, no señores esto es un negligencia de altos niveles, no vengan a decir ahora que no sabían que en esos nosocomios del sector público se trabaja con las uñas y desperdicios.
Y ya que ando en este asunto, que las instituciones de salud dependientes del gobierno federal están en punto crítico, no hay dinero, no hay presupuesto que no sea el de la nómina. Los pacientes del ISSSTE no pueden recibir apoyo para traslados a hospitales del centro del país. Ya nos avisarán que el 80 por ciento de la población esto quería y lo acepta muerto de contento. Ah bueno, así pues sí.