Una mujer frente al espejo

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Una mujer frente al espejo

Mujer: Buen día ¿cómo me ves hoy?

10 Elementales para una mente saludable
Ese nudo en el estómago, el agujero negro de mi ansiedad
No te dejé de querer, solo acepté que no eras para mí

Mujer: Buen día ¿cómo me ves hoy?
El espejo: Depende.
Mujer: ¿Depende de qué?
El espejo: De lo que quieres que yo vea.
Mujer: No entiendo.
El espejo: ¡¡Ese es el problema!! No quieres entender lo que realmente ves.
El espejo: ¿Quieres que diga lo que yo veo? ¿O lo que tú ves?
Mujer: ¿Puedes describir ambas imágenes?
El espejo: Si.
Mujer: ¿Que veo yo?

El espejo: Tú ves cada mañana a una mujer que debe pasar largas horas frente al espejo buscando una aprobación, que se viste y arregla para satisfacer a los demás, visualiza cada arruga como una amenaza para estar fuera de mercado y una cana un atentado a la belleza eterna, una mujer que lucha contra cada gramo de su cuerpo como si ellos fueran su peor enemigo, alguien que ve defectos donde no existen y que no es capaz de ver su perfección en lo perfecto.

Mujer: ¿Que ves tu?

El espejo: Un ser humano maravilloso, con el brillo de la madurez en sus ojos, y glamur al caminar, ese brillo y glamur que solo se le otorga al privilegio de tener la experiencia y los años. Seguridad en sus palabras, esa seguridad que todos anhelan y que ella no valora, una mujer luchadora que ha sido capaz de levantar a una familia, un corazón lleno de bondad en cada gesto o expresión, una mujer persistente e incansable hasta lograr los objetivos, ¡¡una mujer Hermosa!!

Que se ha empeñado en no reconocer que es única e irrepetible, una mujer que ve cada año como una desventaja, y no ha entendido que la belleza de la mujer no es una ecuación matemática entre los kilos y la edad, y que por lo tanto no existe ni la edad perfecta ni el peso perfecto para ser hermosa. Una valiosa mujer que necesita a un pobre espejo como yo, inerte y colgado en una pared para que refleje la imagen que todos ven, menos ella…

Comienza a ver tu vida y tu imagen con los ojos del corazón, agradeciendo a la vida por los años que tienes, deja de buscar la aprobación a través del espejo de la sociedad, y ese día, descubrirás lo hermosa que eres sin importar los años, las canas o tus arrugas…

Autor: Harriett Castillo