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Sin medias tintas

Me están empezando a preocupar un poco las propuestas de la cuarta transformación para dirigir al país. Hasta donde sé, ninguna de las publicitadas acciones a favor del pueblo han tenido los resultados esperados

Los actos de fe
Sin Medias Tintas
Sin medias tintas

Los soldados del amor

Omar Alí López

Me están empezando a preocupar un poco las propuestas de la cuarta transformación para dirigir al país. Hasta donde sé, ninguna de las publicitadas acciones a favor del pueblo han tenido los resultados esperados. Ni la sociedad ni los países del mundo han mostrado confianza y se comienzan a manejar términos preocupantes como volatilidad, dictadura, abuso de poder, entre otros.

La decisión de la cancelación del aeropuerto de Texcoco y la consecuente respuesta de los mercados internacionales, debió ser un indicio hacia los futuros gobernantes para que fueran prudentes en sus planteamientos. Sin embargo, los recientes anuncios de intervenir en la banca privada y el Plan Nacional de Paz y Seguridad dejaron más damnificados, y el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores sigue cayendo y el dólar subiendo.

El Banco de México tuvo que entrar al quite incrementando en medio punto las tasas de interés interbancaria y destacó en un comunicado “que desde su decisión anterior, el peso se depreció de forma importante debido en parte al anuncio del presidente electo Andrés Manuel López Obrador de cancelar la obra en marcha del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) y por la preocupación de los mercados ante algunas iniciativas legislativas”.

“Este entorno presenta importantes riesgos de mediano y largo plazo que pudieran afectar las condiciones macroeconómicas del país, su capacidad de crecimiento, y la formación de precios en la economía”.

No lo digo yo, sino la institución autónoma responsable de regular las finanzas del país.

Al final, usted, yo y todos tendremos que pagar las consecuencias de tal incremento, que en pocas palabras significa que deberemos pagar más por el dinero a crédito.

Por lo que se ve, se trata de uno de los periodos transexenales más movidos desde los últimos 18 años, y lo más preocupante lo representa sin duda la fragilidad de la economía nacional.

Nos enfrentamos sin duda a un cambio de régimen, decidido por la mayoría de los mexicanos que salieron a votar en una de las jornadas electorales más vigiladas y transparentes de la historia; pero aún así los cambios deben guardar sus formas, porque al final, la forma es fondo.

Desconozco si la intención de los futuros gobernantes es demostrar el poder adquirido, pero sí preocupa la manera en cómo están tomando decisiones acerca de los temas más sensibles para la sociedad.

La creación de una guardia nacional, por ejemplo, conformada por las policías militares de la armada y el ejército, así como por futuros agentes, contraviene la idea de que con amor –abrazos, no balazos– se pacificará el país, y que dentro de tres años regresarán a los cuarteles porque para ese entonces México será otro y estaremos en paz.

A ninguna democracia le conviene tener un ejército exclusivo de la Presidencia. Otros lo han tenido y han terminado muy, muy mal. Todo es cuestión de revisar la historia de algunos países latinoamericanos.

Ojalá y funcione, la verdad, porque si no, ¡agárrense!