Nadie defiende la vida ni el patrimonio de la sociedad ¿No hay?

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Nadie defiende la vida ni el patrimonio de la sociedad ¿No hay?

El asunto migrante se vive a diario en bulevar Kino, salida norte a la carretera federal, hay días y semanas en que la solicitud de apoyo es en cada semáforo, algunos muy amables, otros no tanto, pero es en el alto que hay después de la colonia café combate, donde se colocan centroamericanos y cuando hay modo siempre les pregunto que sí que creen que van a encontrar en los Estados Unidos donde hay iguales o peores cosas que en sus países, más, allá tendrán la barrera del idioma y terminarán más esclavos de lo que imaginan

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Juana María Olguín

El asunto migrante se vive a diario en bulevar Kino, salida norte a la carretera federal, hay días y semanas en que la solicitud de apoyo es en cada semáforo, algunos muy amables, otros no tanto, pero es en el alto que hay después de la colonia café combate, donde se colocan centroamericanos y cuando hay modo siempre les pregunto que sí que creen que van a encontrar en los Estados Unidos donde hay iguales o peores cosas que en sus países, más, allá tendrán la barrera del idioma y terminarán más esclavos de lo que imaginan.

Así que aun cuando aparentemente dos grupos de la primera caravana pasaron por el estado de Sonora y salvo paradas en Navojoa, Obregón, Guaymas y Sana Anna, se siguieron a Baja California Norte, específicamente a Tijuana, eso no significa que no habrá presencia constante en todos los cruceros de la ciudad de ellos centroamericanos o presuntos migrantes. Aquí en la ciudad, en la calle Z. Cubillas y Rosales había una familia completa que pedía apoyo.

Hay un individuo que le tengo bien medida la cantidad, no me he dado a la tarea de tomarle una fotografía, para qué hacerle el mal, pero es un vecino de alguna colonia de los alrededores de la café combate, quien después de abril cuando llegaron a Hermosillo la Caravana Viacrucis Migrante, conformada por 650 personas provenientes de Guatemala, El Salvador y Honduras, él se quedó pidiendo apoyo en la carretera. Cambia de lugar, pero es él. Es un pedichi apócrifo, un vivales.

Durante el fin de semana la policía municipal detuvo a 318 seres humanos en las colonias más pobres de Hermosillo, los acusó de malvivencia, drogadictos, borrachos pues esas acciones no implicaron nada. La delincuencia sigue y la impaciencia y frustración de la sociedad crece, pero cuidado con meterse en más líos de los que ya tiene. No haga nada que lo ponga en riesgo de ir preso.

Un señor de la colonia Akiwiki cansado de ser víctima de la delincuencia en su negocio decidió ir por el sujeto, que presuntamente era quien le robaba. Se hizo acompañar de dos personas más, llegó a la casa del presunto, para ello llevó un arma de fuego. Entre los tres subieron al imputado a un vehículo, dieron aviso a la policía, que llegó rapidito y en seguida los localizaron y ¿se imaginan? Detuvieron al hombre, propietario de la empresa que ha sido delinquida una media docena de veces.

Ahora no quiero saber los delitos que le atascará el glorioso sistema de procuración de justicia, el que literal es incapaz de darle certezas en su negocio, donde produce riqueza, da empleo. Ahora va preso, gastará en abogado para defenderse, tendrá que pagar la recuperación del presunto ladrón quien es atendido en el Hospital General de la paliza que le dio. Miren bien ciudadanos donde están parados: esto es lo que hay.

No tomes la justicia en tus manos porque a ti te encontrará veloz la policía. Es fácil dar con el ciudadano honorable que se excede en sus derechos ¿eso será? Así parece que el que no paga para cometer fechorías, cae rapidito en manos de lo que sea que ahora se llama justicia.