De plano hay quienes no entienden que la sociedad está excesivamente cansada de que exhiban impúdicamente la abundancia y riqueza en que nadan ellos y sus familias a costillas de la sociedad. Apenas ayer empezó a circular la revista del corazón: Hola donde Paulina Peña Pretelini, “abre su corazón” y revela lo difícil de ser la hija del presidente de la República, Enrique Peña, pobrecita la niña ¿verdad?
Juana María Olguín
De plano hay quienes no entienden que la sociedad está excesivamente cansada de que exhiban impúdicamente la abundancia y riqueza en que nadan ellos y sus familias a costillas de la sociedad. Apenas ayer empezó a circular la revista del corazón: Hola donde Paulina Peña Pretelini, “abre su corazón” y revela lo difícil de ser la hija del presidente de la República, Enrique Peña, pobrecita la niña ¿verdad? Habría que contarle a la “ternurita” que significa vivir con un padre obrero, campesino, desempleado, asesinado, desaparecido, preso. Pero sería perder el tiempo.
Hay quienes nunca aprenden la lección y aquí la prueba fehaciente: a Peña Nieto se le acabó el capital político con el que llegó al gobierno -digo después de Felipe Calderón cualquier cosa parecía menos peor- luego de la entrevista que dio su “esposa” a la misma revista, Angelica Rivera, quien gozó la cursilería y muy cómoda platicó de sus riquezas acumuladas en unos meses y ¡boom! Resultó en tremendo escándalo el palacio, también llamada la casa blanca que dijo se había “comprado”, pero que no tenía modo de probar tal adquisición.
Ahora la hijita del mandatario sale a lucirse como si el horno estuviera para bollos y a dar cátedra del sufrimiento que le representó ser la hija del presidente. La clase gobernante quiere que su verdad se escuche, así esté años luz de la vida cotidiana, realidad que no perciben ¿Cómo? si no asoman la nariz para saber de primera mano que dice, que opina la población a la que explotan.
Desde este jueves me pregunto si el fallo en contra de la Fiscalía Estatal Anticorrupción (FEA) declarada inconstitucional y que además tira a la basura todo el trabajo hecho en los tres últimos años, es decir: expedientes, cateos y toda diligencia ocurrida no sirve, eso significará que Guillermo Padrés ¿saldrá libre? Que si reinician los expedientes tienen que empezar de cero. Pero ayer que se hizo pública la decisión de un juez -corrupto-, los funcionarios responsables de esa instancia se escondieron, mandaron boletín de prensa. Que falta de propiedad y sentido común.
Y ¿empezamos la junta de llaves? Para hacerle una estatua a Guillermo Padrés ahora que está a punto de ser declarado santo, claro será el monumento a la corrupción e impunidad. Por cierto, ayer otro juez -vendido, rata inmunda- sentenció que no pueden detener a Jorge Luis Ibarra Mendívil, ex titular de la Secretaría de Educación y Cultura (SEC) Bien por él, mal por todo el sistema judicial y por la sociedad sonorense que no podrá recuperar nada de lo robado.
Que jamás pensó que eso ocurriría me dijo finísima y querida persona, quien creyó que su pasado y presente como excelente cliente y pagadora en Agua de Hermosillo, le servirían de algo. El mes pasado le quedó un adeudo de 21 pesos en el recibo, este jueves acudió a hacer lo que hace la gente decente y casi le da un infarto cuando vio que le metieron una multa de 280 pesos. Quiso saber de qué era ese recargo y con el estilo mulo y grosero del personal, le dijeron que era infracción por lo que dejó sin pagar.
Funcionarios de agua de Hermosillo ¿tienen idea que significa para una familia una multa de 280 pesos? ¿saben cuantos kilos de comida representa? Si esa regla la aplicaran a los grandes deudores, vaya que tendríamos un organismo operador del agua multimillonario. Claro, por cada millón de pesos, apliquen la multa ésta. Es tan triste y deprimente que el gobierno del nivel que sea abuse del buen ciudadano, mientras auspician y hasta solapa la porquería en otros, que son qué ¿deudores, amigos, compadres, primos de sus primos, amigos de sus amigos?
Algo se debe de hacer, porque este nivel de abuso tiene que parar y ahora.