Los pobres siempre exponen su vida y sus escasas pertenencias, lo mismo es porque llueve, el frío, calor y en el caso de la inseguridad no tiene porque ser diferente. De acuerdo a los resultados del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) los ciudadanos con menor capacidad económica, las víctimas durante 2017 el año más violento hasta ahora. De los 31 mil 174 muertos, 4 mil 565 eran desempleados
Juana María Olguín
Los pobres siempre exponen su vida y sus escasas pertenencias, lo mismo es porque llueve, el frío, calor y en el caso de la inseguridad no tiene porque ser diferente. De acuerdo a los resultados del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) los ciudadanos con menor capacidad económica, las víctimas durante 2017 el año más violento hasta ahora. De los 31 mil 174 muertos, 4 mil 565 eran desempleados.
Han contado tantos cuentos sobre los porqués de la inseguridad y el gasto inmenso de parte de los gobiernos, pero no hay nada que aliente a que la violencia parará. Sobre la cifra total de Inegi, 4 mil 81 asesinados eran artesanos, 3 mil 462 entre comerciantes, empleados, vendedores, así que es grave en toda forma que sean los más pobres quienes más paguen el desdén para atender esa pandemia que se padece en el país.
Por eso resulta inadmisible, ofensivo que a la creatividad e innovación de panaderos que han decidido conjuntar en uno solo dos piezas a lo que han llamado manteconchas, se les aparezca el gobierno ineficaz y estorboso a acabar el disfrute y a advirtir mediante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) que se ajustará un 8 % del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS). Que si un pan rebasa las 275 kilocalorías cada 100 gramos se debe incluir ese gravamen.
Es cuando me pregunto porque no hay en manos de la sociedad una forma para ajustarle cuentas al gobierno, cada vez que sufras en tu vida, en tu familia, en tus bienes patrimoniales pérdidas por la actuación de la delincuencia la ordinaria y la organizada y que haya manera de cobrarle a la secretaría de seguridad pública estatal, a la municipal y hasta a la federal tus mermas. A cuantos negocios llegas y están cerrados, tienes que tocar para que te abran la puerta y detrás de ti otra vez pasan las siete llaves, ah, pero dicen los funcionarios que nada pasa, todo está de chupete.
La lluvia espléndida, majestuosa de dos fines de semana consecutiva ha dejado a la ciudad en ruinas, no son solo los pavimentos que desaparecieron, sino además los huecos que se abrieron en vialidades sumamente peligrosas por las velocidades a las que circulan la mayoría de los automovilistas. La semana pasada luego de la primera lluvia del domingo 12 de agosto, quedaron muchas arterias con arena, pero también piedras de regular tamaño en bulevares principales. No hay de otra que ayudarnos todos.
Qué dices ciudadano hacemos algo por el bien tuyo, mío, el de nuestras familias. Hay demasiado que quitar y limpiar en las vialidades así que ojalá que se sumen voluntades para salir a la calle con pala, pico, escoba y si hay quien tiene herramienta, maquinaria pesada o algo que aligere el trabajo sería sensacional. Que va a seguir lloviendo.
Iniciaron las actividades en las escuelas y eso significa tanta cosa buena y magnífica como también horror y enojo, por los abusos que se han acostumbrado a cometer los padres y las propias escuelas ¿Por qué tiene derecho una institución privada a bloquear bulevares y calles tan angostas que, sin su tozuda actitud, ya son insuficientes para el tráfico?
Por décadas se ha padecido el peligro que significa subir al boulevard Navarrete por la Monteverde, porque se hace totalmente a ciegas, pero porque no, si son los padres del colegio IMARC, quienes por el medio día toman como suya esa importante vialidad y hacen cola arriba en sus autos. Caso semejante ocurre en Calzada de los Ángeles y Quinta Mayor, colonia las Quintas, donde el bloqueo es total, de las citadas rúas, pero cómo no si es la realeza hermosillense la que acude a ese colegio y eso y más pueden hacer.
Pero igual sucede en todos los planteles educativos, desde los más modestos hasta los más costosos, los padres quieren evitar la fatiga y al gobierno se le arrisca aplicar la ley de tránsito. Cómo hacemos para evolucionar hacia una sociedad más educada, respetuosa y pacífica. Sencillo señores alcaldes se aplican los reglamentos y se castiga o seguiremos aquí hechos bola sin querer hacer nadie lo que le compete ni la autoridad ni el ciudadano.