Como le ha molestado a muchos el maltrato que sufren los hijos de migrantes detenidos a manos de la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ahora que siendo honestos no sé con certeza si la pobreza alimentaria, los trabajos forzados, las escuelas a kilómetros de distancia, el abandono físico y emocional de los padres, entre otros graves problemas de los niños mexicanos son menos infames que lo que ocurre a los enjaulados, que mínimo tienen asegurado el pan
Juana María Olguín
Como le ha molestado a muchos el maltrato que sufren los hijos de migrantes detenidos a manos de la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ahora que siendo honestos no sé con certeza si la pobreza alimentaria, los trabajos forzados, las escuelas a kilómetros de distancia, el abandono físico y emocional de los padres, entre otros graves problemas de los niños mexicanos son menos infames que lo que ocurre a los enjaulados, que mínimo tienen asegurado el pan.
Les molesta porque la violencia contra los débiles se percibe más y mejor cuando es el “otro”, el de “enfrente”, el de “aquel” país el que activa las malas acciones que derivan en actos abusivos y que lesionan a integridad de los niños, pero aquí estamos en un estado donde los menores fallecen cada semana por las condiciones insalubres en que habitan y sufren de rickettsia un mal que a estas alturas se confunde con una gripe así que ni siquiera se sabe diagnosticar para de inmediato medicarlos y salvarles de una muerte segura.
Aquí los infantes mueren de cánceres y tumoraciones en los hospitales locales, sin que hasta ahora se establezca de manera seria que provoca esa alta incidencia, para colmo los pacientitos tienen que vivir la quiebra económica de sus padres, porque no tienen dinero y ahora deben mendigar para comprar los medicamentos que les exigen en los nosocomios. Al final casi todos mueren.
Hay que incluir por supuesto las dificultades de los niños en pobreza alimentaria, y determinar cuántos son. Hay tanto infante abandonado con padres vivos, menores solos o casi solos atrapados en divorcios. Hay una cantidad increíble de pequeños que acuden a cuanto centro de ayuda se abre, van en busca de todo, a veces reciben clases sobre deporte, algo de academia, pero lo que más ocupan es comida y apoyo emocional.
Es el caso de la fundación Malala que tiene su ubicación en la colonia San Luis, es un proyecto que tiene buenas bases, pero donde no han comprendido que una de las principales carencias, además de la económica, es la emocional. Los niños que acuden a ese centro comen piedras si se las colocas en una charola y las adornas con sal, chile y limón, pero la principal dolencia es el abandono físico, espiritual y emocional de parte de sus padres.
Pero qué nos quedamos enganchados en lo terrible que resulta ver a los niños maltratados por Trump y los funcionarios de su gobierno, sin ver los graves abusos que se cometen en la punta de la nariz de uno, es un acto de extrema hipocresía. Vean lo que ocurre en la casa hogar Unacari. La administración de Guillermo Padrés, la hundió en el hambre y la pobreza, luego, llegó el actual gobierno y la retacó de gente recomendada que llegó de jefe, nadie con conocimiento sobre la atención emocional psicológica y espiritual que a esos pequeños les urge.
En otro asunto igual de desafortunado, lo de una muerte anunciada, así tal cual fue el asesinato de una madre de 65 años a quien a la media noche del martes fue atacada por su hijo, un paciente psiquiátrico de 40 años y le cortó la existencia. Que el hombre de 32 años advirtió que ambos él y su progenitora morirían en junio, primero la señora y luego él. Lo último que observaron los vecinos fue a la dama caminando en la banqueta a pleno rayo de sol, él en plena crisis de locura, ella queriendo controlarlo. A las 23:30 la oyeron gritar, la degolló y luego se colgó.
Es una muerte anunciada la de esta madre con un hijo esquizofrénico quien debió ser atendido en un hospital especializado. Hace casi dos décadas que hablo de los peligros que enfrenta la familia del paciente psiquiátrico quien debe ser tratado por personal capacitado y no por su madre adulta a la que le dobla la fuerza y más cuando la enfermedad mental lo domina y es proclive a romperle todos los huesos, morder en donde le sea posible.
Descanse en paz doña Martha quien ya no sufre de la pesadilla de tener que lidiar solita a un hijo que le robó la vida y la paz, mucho antes de este martes 19 de junio.
Que la muerte de esta dama a manos de su hijo enfermo no sea en vano, pediría, pero para qué no vale la pena ni siquiera pensarlo, menos cuando la glotonería de la clase gobernante y política es ver más allá de sus propias obligaciones y responsabilidades.