Como se suponía desde siempre, el dinero que se logró gracias a las donaciones en el extranjero y a nivel nacional, no existe, o no se utiliza con la eficiencia y rapidez que reclaman las víctimas del terremoto ocurrido el 19 de septiembre de 2017 en la Ciudad de México
Juana María Olguín
Como se suponía desde siempre, el dinero que se logró gracias a las donaciones en el extranjero y a nivel nacional, no existe, o no se utiliza con la eficiencia y rapidez que reclaman las víctimas del terremoto ocurrido el 19 de septiembre de 2017 en la Ciudad de México. Queda claro que el burro no era arisco lo hicieron, tantos años de ver lo que hacen con el dinero público, muchos dijeron qué les va a importar atascarse el caudal que ofrecieron desde fuera. Pues parecen brujos los mexicanos.
Por lo pronto los ciudadanos se manifestaron para exigir celeridad en los procesos de atención porque este lunes cumplieron seis meses de esa tragedia lo que hace imposible de creer que ese capital destinado para atender a la población perjudicada se haya desviado, perdido o guardado para ¿mejores cosas?
Los perjudicados salieron a decir que no es posible que esa ayuda humanitaria se haya desviado para fines electorales ¿Será posible?
Digo lo anterior y es como pidiendo el milagro en pleno marzo, que ese caudal aparezca, pero vean lo que se sabe ahora de los 6 mil millones de pesos que “extravió” Rosario Robles al frente de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) que se estima asciende a los 6 mil millones de pesos, que de ese caudal 300 millones de pesos salieron en efectivo, pacas y más pacas -o en cajas- con el uso de la empresa de valores Cometra. A dónde se dirigieron las unidades con ese cuantioso capital, jamás lo sabremos.
En asuntos a resolver con carácter de urgente: los perros en la vía pública con dueños y sin ellos, los mismos que provocan cantidad de perjuicios. Este domingo un ciudadano salió a pasear en el fraccionamiento Real del Carmen, llevaba consigo a su perro labrador de color blanco y que de pronto se les apareció un pitbull y los atacó, al señor le sobrevino un infarto, -dice la primera versión-, tratando de separar a los animalitos que peleaban.
Segunda versión es que el pitbull atacó al señor y es cuando le sobrevino el infarto, es allí cuando su labrador se le coloca encima para impedir que le hiciera más daño al hombre que yacía inconsciente en el piso. Fue tan salvaje el ataque contra el cachorro el labrador blanco que le quebró el cuello y tuvieron que dormirlo. Una actividad tan saludable, salir a caminar o ir a algún sitio acompañado de su mejor amigo, les costó la vida a dos seres vivos, todo porque la negligencia se ha instalado en nuestra sociedad como nube negra que no nos permite respirar y hacer las cosas correctas.
Esta desgracia se pudo evitar, como muchas otras, pero aquí es donde estamos pues, aferrados a pelear contra las actitudes abusivas de la clase gobernante, de la clase política, de los patrones, hartos y enojados con las leperadas de otros, pero nosotros en los barrios perpetuando el desorden, la holgazanería, el abuso contra el otro más débil ¿cómo progresamos así?
Cuando veo a personas que se ejercitan con sus perros en la calle me da miedo, no sé que tan resistente es la cadena para que lo sostengan o la capacidad del dueño para contenerlo y cuando los llevan sin correa o bozal ¡es horrible y enorme la molestia! Con ganas de darles con un palo por el lomo ¿cómo se atreven? Además, como lidias con la presencia de otros cachorros. Entiendan eso es un acto criminal de principio a fin, dejarlos solos, sueltos en vía pública.
Una doble tragedia que se pudo evitar ¿es posible que nos deje lecciones para siempre? Tienen que demandar al dueño del pitbull que deberá pagar no se qué para resarcir los daños. Sí instrucción económica y legal para el propietario y seguro la muerte para el pitbull que no pidió lo convirtieran en bestia de ataque.