Todas las antenas prendidas hoy con la ley de seguridad interior que por sus “destos” aprobará el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y sus gatos, los minis, que se han instituido como tremendos parásitos para la vida de este país y no digo vida democrática, porque la democracia apenas si existe aquí. Lo que si hay es una partidocracia en amasiato con el poder judicial y el ejecutivo y la sociedad allá envuelta en la bruma, con deseos de que haya cambios pero por milagro de Dios, sin hacer algo
Juana María Olguín
Todas las antenas prendidas hoy con la ley de seguridad interior que por sus “destos” aprobará el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y sus gatos, los minis, que se han instituido como tremendos parásitos para la vida de este país y no digo vida democrática, porque la democracia apenas si existe aquí. Lo que si hay es una partidocracia en amasiato con el poder judicial y el ejecutivo y la sociedad allá envuelta en la bruma, con deseos de que haya cambios pero por milagro de Dios, sin hacer algo.
Ahora mismo esa ley, de la que conocen nada los habitantes, es duramente cuestionada por expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) quienes advirtieron que “la minuta de ley de seguridad interior, que se someterá al pleno del Senado este jueves, otorga a las fuerzas armadas un papel de liderazgo en materia de seguridad, lo que «podría debilitar la protección de los derechos humanos». Por ello, se sumaron a las voces que rechazan esa normativa y llamaron al Estado mexicano a no aprobarla”.
La principal preocupación de organismos nacionales e internacionales es que en el país se pierda el poco respeto que hay en materia de derechos humanos, y donde el Estado mexicano se ha resistido para aceptar las recomendaciones que se le han emitido. Esta ley legalizará la presencia del Ejército y la Marina en labores de seguridad pública y la experiencia ha demostrado que las fuerzas armadas en la calle han dejado una larga lista de abusos traducida en ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y tortura, la mayoría de las cuales se han mantenido en total impunidad.
Vaya papelito que hace la Procuraduría General de la República (PGR) luego que ayer miércoles fue echada de los Estados Unidos la ex diputada panista, Paola Robles, esposa de Roberto Romero, ex secretario de gobierno en la pasada administración estatal. La mujer ingresó a México con sendos amparos, los mismos que como perros con la cola entre las patas aceptaron de inmediato los funcionarios que acudieron a la frontera para aprehenderla.
Hasta la jeta se les hacía chueca para decir que ellos respetan los derechos de los ciudadanos, mal y de malas. No es que respeten garantías individuales de vecino cualquiera, sino los derechos de Guillermo Padrés y su recua de bandidos. La ex diputada se birló más de 200 millones de pesos de la sagarpa estatal y la federal, pero ella esta amparada. Y lo que es un hecho es que el jefe de la banda de rufianes está en las puertas de la cárcel, listo para salir a disfrutar todo lo que robó.
Esta mañana una vez más confirmé que somos abusivos y desconsiderados entre nosotros mismos. Resulta que en el puente que enlaza la carretera a San Pedro el Saucito con la internacional en la parte alta, que además es un punto ciego, dejaron tirado “algo”, no se veía si era una persona o un animal atropellado, y el instinto te obliga a sacarle la vuelta, así eso signifique golpear otro vehículo. Pero esa es la regla de diario, vehículos de carga que dejan grava, arena, cajas de cartón o de plástico, llantas de tráiler rotas, todo esto esparcido en la cinta asfáltica. Y a nadie le da Dios licencia de parar la marcha y quitar todos esos obstáculos que podrían causar un lamentable accidente, a tu hermano, a tu vecino, a tu hijo. Porqué la policía municipal, estatal, federal no hacen eso por lo menor. Es por humanidad y sentido común.
La semana pasada un carro revolvedor estoy segura de que llevaba mal cerrada sus válvulas y esparció su concreto en el boulevard Kino y la carretera salida a Nogales. Por eso digo podrías aplicar el principio de buena voluntad: tiras, levantas. A los marranos que gustan de aventar fuera de sus autos botellas, latas, envolturas de alimentos, para ya, no lo hagas más ¡Por favor! Eso es anarquía que deja inseguridad en las vialidades y tremenda suciedad que no quiero ver más, ni tú.