Las desgracias no se olvidan, solo se acumulan y ante el desastre de huracanes, luego los sismos y sus demoledores resultados, más las desapariciones forzadas de los últimos años, todavía queda el fantasma de 1968, que no se olvida, solo se suma a las nuevas afrentas.
Las desgracias no se olvidan, solo se acumulan y ante el desastre de huracanes, luego los sismos y sus demoledores resultados, más las desapariciones forzadas de los últimos años, todavía queda el fantasma de 1968, que no se olvida, solo se suma a las nuevas afrentas.

