La corrupción en el país, jamás se ha medido en su justa dimensión. Es una verdadera desgracia que la vida se ponga en riesgo con carreteras mal hechas, pero cobradas por las empresas favoritas del sexenio como si fueran de oro y la SCT las paga con los ojos cerrados. Ah y siguen en los cargos
Juana María Olguín
La corrupción en el país, jamás se ha medido en su justa dimensión. Es una verdadera desgracia que la vida se ponga en riesgo con carreteras mal hechas, pero cobradas por las empresas favoritas del sexenio como si fueran de oro y la SCT las paga con los ojos cerrados. Ah y siguen en los cargos.
Los últimos días no se ha hablado de otra cosa que no sea la fuerza pavorosa y descomunal con que han azotado los huracanes que en número de tres se formaron y la explicación de tal poder se ha dicho que deriva del abuso del hombre contra los bienes de la madre naturaleza. En México tristemente es la historia repetida una y otra vez. Los gobernantes venden playas, destrozan áreas de manglares y arrecifes. No hay nadie que los pare y el sistema judicial al servicio del señor dinero.
La alerta se ha lanzado desde Cancún, Quintana Roo, se pretende construir un hotel de lujo en Punta Nizuc para lo cual ya arrasan con el ecosistema entre áreas naturales protegidas. El esfuerzo legal y mediático de grupos ambientalistas, no ha sido suficiente para parar el desastre y ya comenzaron las obras para la edificación del complejo para lo cual destruirán 15 mil 600 metros cuadrados de vegetación, que incluye manglares. Unos cuantos expondrán su vida para tratar de impedir lo que es un hecho consumado. Al gobierno le vale destruir, mientras le signifique ganancias personales.
Que el famoso paso exprés, en Cuernavaca Morelos era una “chulada” de raterías encima de otras raterías, -para decirlo rápido- eso es poco. Ahora todos se hacen de la cola sucia, empezando por la inútil y patética Secretaría de la Función Pública (antes contraloría federal), pero bueno ya con dos muertos, dijeron que hicieron 22 observaciones; entre ellas que la empresa constructora carecía de experiencia técnica; hubo pagos en exceso, irregularidades en el proceso de licitación, contratación y ejecución de la obra, están involucrados mil 34.4 millones de pesos.
Todo eso y más se sabe que ocurre en todas las licitaciones que lanza el gobierno, esos concursos vienen con los nombres de las empresas favorecidas. Ahora lo asombroso es que, en 15 kilómetros que es el paso exprés se encuentre un derroche de mil 34.5 millones de pesos, imaginen el desfalco brutal que sucede ahora, en la obra carretera que se ejecuta en todo el país, incluida Sonora. No te acabes país.
Quisiera creer que el conflicto que se trae el líder sindical del ayuntamiento de Hermosillo, Salvador Díaz es legítimo. Pudiera ser, pero de que ¡algo le pica y feo! Es innegable. Cierto que el municipio compró camiones para la recolección de basura y parece que se los trajeron arrastrando de donde los adquirieron. Cómo es posible que los hayan puesto a trabajar y se descompusieron todos y de lo mismo. Para nadie es un secreto que también este departamento lo dejó hecho mierda, el ex munícipe, Alejandro López Caballero.
Lo cierto es que el personal trabajó en ese trienio y no dudo que en los otros también con todas las dificultades, pero no dejaron tiradero el servicio, ellos son los mejores funcionarios públicos. Ayer miércoles ocurrió que el dirigente sindical les impidió seguir en la actividad y como aún faltaba el 30 % de las 100 rutas que comprende el sector norte, equivale a 80 mil casas, el Coordinador de Servicios Públicos Municipales, Luis Fernando Pérez Pumarino, se subió a la unidad 2920 a apoyar.
Pérez Pumarino hizo lo que tenía que hacer, en una situación como la de ayer, sin más caminos, tomó decisiones extraordinarias. Se puso a trabajar. Que es lo único que tiene que hacer el dirigente del sindicato. Y que a éste ni a nadie se le olvide, a quien debe servir y con quien deben estar sus lealtades es con quien le paga y esa es la sociedad hermosillense. Sus afectos que los manifieste en donde su vida personal se suceda, no a costillas de esta comunidad bastante perjudicada y maltratada.