Que ahora sí ya se dieron cuenta los partidos políticos la clase de cadáver putrefacto que son y más, el vergonzoso costo que representan para la sociedad. Demasiado bueno para ser verdad. Lo cierto es que parece, solo parece que lo que no se había podido lograr por presión de diversos actores políticos, por el juicio lapidario que se hace desde las redes sociales, bueno pues que los sismos del 7 y 19 de septiembre y sus fatales consecuencias ¿hicieron el milagro?
Juana María Olguín
Que ahora sí ya se dieron cuenta los partidos políticos la clase de cadáver putrefacto que son y más, el vergonzoso costo que representan para la sociedad. Demasiado bueno para ser verdad. Lo cierto es que parece, solo parece que lo que no se había podido lograr por presión de diversos actores políticos, por el juicio lapidario que se hace desde las redes sociales, bueno pues que los sismos del 7 y 19 de septiembre y sus fatales consecuencias ¿hicieron el milagro?
En estos días en que se ha pasado del vacío de poder, a la exhibición permanente y constante de Enrique Peña Nieto con mensajes a la nación, recorridos por las ruinas de aquí y de allá, al igual que otros candidatos a la presidencia de la República, o que diga, funcionarios que se placean como si fueran simpáticos y queridos. Ahora rápido se ha pasado a otro lado de la locura esquizoide: encontrar héroes, heroínas, y que Frida la perrita de la SEMAR (Secretaría de Marina y Armada de México) es sensación mundial.
La imagen de un elemento de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) deshecho, ahogado en llanto -que se volvió “famoso”- luego que las circunstancias lo pusieron frente al cadáver de una madre y su niña, esposa e hija de un fotógrafo quien en medio de la tragedia honró al oficial que le ayudó a recuperar lo que quedaba de sus seres queridos. Hasta allí, uno de tantos eventos que se sucedieron en las horas cruentas de los últimos días, sí, pero de allí a que lo pongan frente a “periodistas” a ser entrevistado al pobre militar, quien no puede articular palabras, porque no es lo suyo. Lo vulneran con tanta exhibición.
Qué se quiere probar. Lavar la imagen de la SEDENA a través de la exhibición de este joven, quien sufre en carne propia el abandono y abuso de las instituciones, luego que sus padres también son damnificados por el sismo del 7 de septiembre en Oaxaca, y ocupan una lona para guarecerse, porque su casa quedó destruida. Alguien ya tiene como beneficiar a la familia del militar además de utilizarlo. A eso no es parte del plan, claro que no.
Tres años se cumplieron ya de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa y los padres marcharon del Ángel de la Independencia al llamado “antimonumento” de los 43, para exigir nuevamente la presentación con vida de los estudiantes. 36 meses en que han conseguido pasear por varias naciones, mientras el gobierno premia a uno de los infames que sembró evidencias y con ello dejó cultivadas todas las desconfianzas, para siempre, en este escabroso expediente peñista.
Cómo se tarda la justicia ¿verdad Juan Valencia Durazo? ¿Y llegará? Si los hechos en que incurrió este hombre se le muestran a un grupo de estudiantes de preescolar, estos no tardarían mucho en declarar culpable al expresidente del Partido Acción Nacional (PAN) desde donde auspicio, apoyó y celebró las corruptelas de su socio y amigo Guillermo Padrés, pero aquí anda, libre y con suficientes billetes para defenderse y comprar el torcido y corrupto sistema judicial. Jodidos los pobres qué cómo se salvan de ser incriminados.
Valencia Durazo acudió la mañana de ayer a la Fiscalía Estatal Anticorrupción a la que fue citado para declarar en calidad de indiciado por el caso de los terrenos del Vado del Río que adquirió de forma irregular en unos cuantos pesos, falsificando documentos personales de un pobre señor de Navojoa. Pero nada de eso pesa para que lo procesen y lo pongan preso que es donde debe estar.
Se ve lejana, cada vez más distante la aplicación de justicia a los bandoleros que asolaron a Sonora y a sus habitantes ¿quedarán impunes? Por la salud de todos, vale más que no.