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La calma llega cuando sueltas.

Cuando sueltas el control, el alma respira. Dejas de luchar contra lo que no puedes cambiar y comienzas a fluir con lo que es. A veces la ment

La rana hervida
Aunque no apruebes lo que hacen los demás, ¡vive y deja vivir!
Se llama calma

Cuando sueltas el control, el alma respira.

Dejas de luchar contra lo que no puedes cambiar y comienzas a fluir con lo que es.

A veces la mente quiere resolverlo todo, pero el corazón solo quiere descansar en la fe.

Suelta la prisa, suelta la duda, suelta el miedo.

Porque lo que está destinado para ti no necesita que lo persigas, solo que confíes.

Hoy recuerda: cuando sueltas, sanas.

Cuando confías, todo se acomoda.

El universo sabe lo que hace, aunque tú aún no lo entiendas.

Effata, effata, effata.