Todavía no tienen siquiera la certeza de en dónde, en qué terrenos construir las mentadas casas bienestar, que se inventó un burócrata en la ciudad de
Todavía no tienen siquiera la certeza de en dónde, en qué terrenos construir las mentadas casas bienestar, que se inventó un burócrata en la ciudad de México y que en Hermosillo ya fueron desterradas -sin aún estar- por los habitantes del poniente de la ciudad, donde se negaron a compartir la zona, porque ellos pagaron millones de pesos por sus casas, muchas son réplicas de las de Infonavit, ah, pero con unas bardas inmensas y donde compraron el concepto de privadas. No pues que caray, pero el problema es que se insiste en hacerlas de modo vertical, en una ciudad sedienta.
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi) Sonora, Norberto Larrínaga Buelna, aseguró que se “avanza en la construcción de las primeras viviendas del Bienestar, un esquema de desarrollo vertical, espacios accesibles para trabajadores de bajos ingresos y responder al encarecimiento de la vivienda tradicional”. De qué habla este empresario, si aún no existe siquiera el sitio donde se regionaliza el “área para pobres”.
Que el proyecto se realiza con el Gobierno Federal y contempla edificios de cuatro niveles, con departamento de 60 metros cuadrados, cuyo costo ronda los 550 mil pesos, o 600 mil con terreno incluido. “Tenemos que ver cómo sí funcione, porque de otra manera el costo no hay forma de lograrlo”. Se espera que en Hermosillo se construyan 200 unidades.
Larrínaga Buelna, quien puedo jurar que jamás ha vivido en una casa de 60 metros cuadrados, pero que le parecen “buenas” porque costarían arriba de medio millón de pesos o 600 mil pesos, pero el señor está obviando una cruda realidad y es que en Sonora no hay agua, si a ras de suelo en cada fraccionamiento de reciente creación hay que invertir en instalar un equipo hidroneumático para jalar el vital recurso del tendido de red, a qué desgracia destinarán a los futuros beneficiarios de ese plan federal.
Las empresas en complicidad con el gobierno toman, transan, agandallan y lo llaman mérito, guiados solo por la codicia y allá que se las averigüen las pobres personas, que se “beneficien” con ese programa que aún no tiene ni pies ni cabeza. Otra vez, el tema es la sobrevivencia, en un segundo piso sin agua. Este es el corazón maldito de la cultura corporativa. En ese mundo las ganancias se vuelven lo único importante, así que se olvidan de todo lo demás, incluida la incertidumbre para quienes habiten esas pichoneras.
El gobierno en lo suyo mintiendo, engañando, cuando todo hoy en día es un peligro real, a causa de lo que se volvió un Estado fallido. Hay mil crisis al día a lo largo y ancho del territorio nacional. Hay que mirar los sucesos, estudiarlos sin odio ni ira. Con tanta objetividad, como se pueda. Pero lo que hay es reflejo de malas elecciones de la sociedad, que, guiada por un enorme resentimiento social, -totalmente comprensible-, se dejó endulzar el oído. Entonces jamás cuestionaron nada, ni antecedentes, ni proyectos.
Resuena con tanta insistencia aquella frase de: “es un peligro para México”, la que resultó fatídicamente cierta, solo que quienes la propalaban eran los malditos traidores, saqueadores de la patria, por lo que no tenían la voz completa para señalar a nadie, pero se quedaron cortos en todas las predicciones. Todas las advertencias se quedaron pequeñas, los vaticinios se cumplieron a cabalidad y diría que copeteadas. Todo quedó en promesas vacías de un patético embustero y vil ladrón de siete suelas, acompañado por cientos de Alí Babá.
Efectivamente la sociedad ensordecida, fue y regaló su voto, como quien elige el color de la cuerda con que será colgada en el patíbulo más alto de la plaza del pueblo. Y ahora mismo ni para donde hacerse, porque todos los caminos fueron cerrados, con siete o más candados.
En otros asuntos, se pone la piel de gallina de ver los videos que circulan en redes sociales de cómo los habitantes del municipio de Ures, acompañados por residentes de comunidades aledañas, pelean contra Alfonso Durazo, para defender su derecho al agua y dar un rotundo no, al proyecto de presas. El hombre que debería velar por el bienestar, progreso y seguridad de los sonorenses, está empeñado en exactamente todo lo contrario y acosa a aquella comunidad con toda clase de “Ofertas económicas”, que ofenden la dignidad de esos ciudadanos.
Para colmo hostiga a la gente con la turba de burócratas que envió a aquella comunidad, a comprarles la voluntad con dinero. Cuánto habrá gastado de recursos públicos Durazo Montaño para mandar a aquella comunidad a agentes policiacos, funcionarios de dependencias. Porque tienen que llevar por lo menos viáticos para hotel, comida. Los que son severamente maltratados por la ira de los ofendidos residentes de Ures, a quienes para acabar pronto les asiste toda la razón.
Que lástima que Durazo no haya hecho nada digno, nada importante en sus ya 4 años al frente de esta entidad y ahora trabaja a marchas forzadas para ganarse el desprecio y los peores insultos de los habitantes, eso sí que es un desperdicio, un gran pecado. Pero bueno cada quien siembra lo que cosecha y ni hablar. Es lo suyo, una incapacidad plena, obvia, evidente, mostrada, no sabe cómo ayudar a sus gobernados. Con ese estigma, así se irá.