Este 2020 fue el año de la cultura a la distancia por la pandemia de coronavirus. Distancia que se buscó acotar con actividades en línea y que mostró
Este 2020 fue el año de la cultura a la distancia por la pandemia de coronavirus. Distancia que se buscó acotar con actividades en línea y que mostró la importancia que tiene la cultura en la vida cotidiana del hombre; distancia que marcó el deceso de los protagonistas del arte; y distancia con la que se entregaron los grandes premios, como los Nobel.
“La cultura fue un bálsamo. Lo que nos quedó en el confinamiento, después de nuestras labores, era desconectarnos y leer, ver una película o escuchar música… Son las cosas que nos han salvado de este aburrimiento y esta angustia”, destacó el crítico, poeta y ensayista Juan Domingo Argüelles.
Los distintos sectores de la sociedad reaccionaron y comenzaron a migrar a las plataformas y medios digitales, igual que la cultura. No obstante, no dejó de ser una migración obligada que sirvió, sobre todo, en términos de divulgación y para mostrar que se estaba trabajando, explicó.
“Funcionó bastante bien para la música, la danza, el teatro y para las artes que uno realiza mediante la expresión corporal; en cuanto a la literatura, la creación estética, narrativa, poética y lírica, sirvió para que hubiera una mayor interlocución entre los creadores y para hacer ver que, si no se podía hacer algo de forma presencial, se podía hacer a través de las pantallas”.
No obstante, la gente “ya está harta de las pantallas, mismas que se han convertido en enemigas de la vinculación afectiva” y a esto, se suma que lo novedoso que fue en su momento esta migración, dejó de ser atractivo. “Lo que falta hoy es hacer de internet una forma creativa, ya exhibe la creación cultural, la divulga, pero hace falta creatividad”.
PLATAFORMAS
Al inicio de la pandemia y con la esperanza de que la cuarentena rebasaría, a lo mucho, el mes de julio, todo funcionó muy bien. Se fortalecieron las redes de museos, teatros, compañías, instituciones, editoriales, etc. Algunos espacios compartieron acervos digitalizados, montaron exposiciones virtuales y mostraron la intimidad de artistas quienes explicaban desde sus casas la intensión y formato de su obra; investigadores e intelectuales debatieron frente a una cámara; se regalaron libros; el teatro se acercó a nuevos lenguajes y las carteleras se convirtieron en catálogos digitales.
Por su parte, la Secretaría de Cultura federal creó la plataforma Contigo en la distancia el 25 de marzo como una “ventana a la diversidad cultural y lingüística del país, donde más de 80 instituciones públicas y privadas se sumaron”, expresó su titular, Alejandra Fraustro Guerrero. Actualmente, en este sitio se alojan más de 11 mil contenidos culturales de acceso gratuito donde el 80% fueron generados durante la contingencia sanitaria y que han llegado a una audiencia que ronda entre los 12 millones de personas en distintas partes del mundo.
“Entre los recursos disponibles se encuentran audiovisuales, libros, conciertos, tutoriales, cápsulas informativas, obras de teatro, juegos interactivos, recorridos virtuales, documentales y muchos otros materiales que están clasificados en 14 categorías, de las cuales las secciones de Inicio, Festival Internacional Cervantino y videos han sido las más visitadas”, puntualizó la dependencia a través de un comunicado.
DECESOS
No han existido ritos de despedida presenciales y se acumulan los homenajes ante el deceso de personajes como el pintor y escultor Manuel Felguérez, quien falleció el 8 de junio a los 91 años por complicaciones derivadas de la COVID-19, virus que causó también el fallecimiento del poeta Sandro Cohen el cinco de noviembre y del escritor chileno Luis Sepúlveda el 16 de abril.
Junto a ellos y por diversas causas también falleció, el 18 de abril, la escritora zacatecana Amparo Dávila; el historietista y creador de Mafalda, Quino, quien por un accidente cerebrovascular falleció el 30 de septiembre; el cuentista brasileño y autor de obras como Agosto, Feliz año nuevo y El collar de perro, Rubem Fonseca; el novelista español Carlos Ruiz Zafón; el dramaturgo Willebaldo López Guzmán; el escritor español Juan Marsé; el pionero de la literatura LGTTB, Luis Zapata; el autor británico John Le Carré; así como el escritor mexicano Antonio Velasco Piña y el crítico literario Juan José Reyes. Una perdida muy significativa fue el deceso del Premio Nobel, Mario Molina.
PREMIOS
Tras la anulación de ceremonias de premiación para evitar aglomeraciones y contagios, las diversas entregas de premios tuvieron que reinventarse o posponerse. Los Premios Nobel 2020, por ejemplo, mandaron las medallas y diplomas a los países donde se encuentran los ganadores designados en octubre, los cuales son: la escritora Louise Glück en literatura; Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna en química; Andrea Ghez, Roger Penrose y Reinhard Genzel en física; Michael Houghton, Harvey J. Alter y Charles M. Rice en medicina y fisiología; Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson en economía, así como a El Programa Mundial de Alimentos de la Organización de Naciones Unidas con el Nobel de la Paz.
Por otra parte, el Premio Princesa de Asturias de las letras reconoció a la poeta canadiense Anne Carson; el jurado del Premio Cervantes 2020 seleccionó al poeta valenciano Francisco Brines; mientras que el Premio Reina Sofía de poesía galardonó al chileno Raúl Zurita; y la Feria Internacional del Libro de Guadalajara premió a la narradora portuguesa Lídia Jorge.
En México, el Premio Xavier Villaurrutia destacó la obra El vendedor de silencio de Enrique Serna; el Premio Internacional Alfonso Reyes, convocado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, reconoció la labor de Carlos García Gual; así como el VII Premio Internacional de Pedro Henríquez Ureña fue para el argentino Santiago Kovadloff.

