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Cajeme y China

Para el año dos mil, el municipio de Cajeme debería de haber tenido un millón de habitantes. Adalberto Rosas López señaló esto en más de una ocasión, y lo hacía notar diciendo que en su periodo como presidente municipal de Ciudad Obregón (1979-82), así se contemplaba en las proyecciones contenidas en el plan nacional de desarrollo. Cajeme y su Valle del Yaqui se estimaban en esos años con un gran potencial para convertirse en un importante centro agroindustrial del noroeste de México. Estamos iniciando el año 2019 y la población del municipio no alcanza ni el medio millón de habitantes. Evidencia física de que la región no ha incrementado su capacidad de carga poblacional, por el contrario, la ha disminuido significativamente

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Por Alberto Vizcarra Ozuna

Para el año dos mil, el municipio de Cajeme debería de haber tenido un millón de habitantes. Adalberto Rosas López señaló esto en más de una ocasión, y lo hacía notar diciendo que en su periodo como presidente municipal de Ciudad Obregón (1979-82), así se contemplaba en las proyecciones contenidas en el plan nacional de desarrollo. Cajeme y su Valle del Yaqui se estimaban en esos años con un gran potencial para convertirse en un importante centro agroindustrial del noroeste de México. Estamos iniciando el año 2019 y la población del municipio no alcanza ni el medio millón de habitantes. Evidencia física de que la región no ha incrementado su capacidad de carga poblacional, por el contrario, la ha disminuido significativamente.

Regiones como el Valle del Yaqui, y seguramente otras en el país, con las mismas características, después de 1982, dejaron de ser estimadas como estratégicas, porque hasta los planes nacionales de desarrollo desaparecieron. Jaime Serra Puche, Secretario de Economía en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, lapidó esta política con la memorable expresión: el mejor plan industrial, es el que no existe. La fobia neoliberal en contra de la planificación económica por parte del estado, dejó al país al garete de los mercados internacionales, a la espera de la llegada de una supuesta  inversión extranjera y con la mediocre aspiración de servir como plataforma de reimpulso y puerta giratoria  de las mercancías del este de los Estado Unidos hacia los mercados de la región del pacífico. Nosotros nos quedaríamos con las sobras de esa dinámica comercial.

El fracaso de todo este esquema, no deja lugar a la controversia. Un crecimiento económico generosamente calificado como mediocre, porque en términos estrictos no crecimos. Regiones como el Valle del Yaqui, son la evidencia doméstica del hecho. Las proyecciones de crecimiento poblacional contempladas a principios de los años ochenta –que se soportarían en un intenso proceso de agroindustrialización- se quedaron muy por debajo de lo estimado y virtualmente su crecimiento poblacional se estancó  durante los últimos veinte años. En 2019, el municipio de Cajeme apenas cuenta con 450 mil habitantes.

Aunque el discurso del presidente de la república repite incesantemente que se instrumentará un cambio de política económica y que abandonaremos el fracasado neoliberalismo, para el noroeste de México y para la región no hay hasta el momento proyectos de inversión en infraestructura con el impacto suficiente que permitan que el Valle del Yaqui retome su interrumpido proceso de agroindustiralización. No obstante que es la zona del país que cuenta con la capacidad instalada para responder al propósito de reducir la dependencia alimentaria.

Es indiscutible que la nación y su pueblo, están en una búsqueda de alternativas y embargados por un gran impuso de cambio. Situaciones así, que plantean grandes oportunidades también representan grandes riesgos, si no emergen los liderazgos con la determinación política para darle contenidos programáticos al momento. El encuentro del presidente municipal de Cajeme, Sergio Pablo Mariscal Alvarado, a finales de noviembre del año pasado, con el representante de la ciudad de Xu Zhou, República Popular de China, señor Wu Hao, es una de las acciones que pueden contribuir en este cometido de buscar alternativas de desarrollo para Cajeme y la región.

El presidente municipal en este encuentro con las autoridades chinas, sentó las bases para en un futuro inmediato lograr intercambios en las áreas económicas de agricultura, comercio, industria y turismo para promover la prosperidad común y el desarrollo mutuo. Hay que recordar que China, es hoy por hoy, una de las pocas naciones del mundo que durante los últimos cuarenta años ha registrado un crecimiento económico constante por encima de la media de la economía occidental y lo más importante es que los saldos de estas excepcionales tasas de crecimiento económico han tenido un impacto social tremendamente favorable. En una generación sacaron a más de setecientos millones de chinos de la pobreza, incorporándolos con la educación, la ciencia y los grandes proyectos de infraestructura a una vida saludable y productiva.

Vincular a Cajeme a esta locomotora económica mundial, debe ser interés de todos, esto es productores rurales, empresarios, comerciantes, además de las autoridades federales, estatales y municipales; más cuando la política económica que China sostiene en sus acuerdos internacionales, es la misma que ha mantenido para lograr su crecimiento interno: un énfasis acentuado en la construcción de infraestructura económica básica que incrementa las capacidades productivas de la economía y del trabajo de su población. Ellos le llaman: inversión social de infraestructura.

Cajeme, está en condiciones de aportar liderazgo nacional en la búsqueda de acuerdos e inversiones internacionales, que rompan con el deficiente esquema maquilador, reducido al improductivo propósito de lograr mano de obra barata. Se han dado los primeros pasos. Hay que caminar en esa dirección y unirnos en ese propósito.